Si te digo que tu cuerpo va a cambiar durante tu embarazo estoy segura que esto no será nada nuevo para ti. Muchos de los cambios son visibles y evidentes.
Como dicen por allí, lo que está a la vista no necesita anteojos.
Sin embargo, lo que tal vez no sepas es que algunos de los procesos por los que pasa tu cuerpo durante el embarazo dejarán un impacto duradero en tu cuerpo.
Algunas de las diferencias que notas en tu cuerpo pueden regresar a la normalidad tras un par de meses.
Otras pueden tomar un tiempo mayor y algunas simplemente se quedarán así por el resto de tu vida.
Pero no temas, no todo es grave y aterrador y sí, tu piel sí se recoge después del embarazo.
Te aseguro que no tendrás un bolsillo gigantesco de piel en tu vientre por el resto de tu vida.
A continuación voy a enumerar 15 formas en las que tu cuerpo será diferente después del parto, pero eso sí, primero debo hacerte una advertencia.
Cada mujer es maravillosa y diferente a su manera. ♥
Asimismo, cada embarazo es distinto y los cambios en tu cuerpo pueden variar según tu estado de salud antes del embarazo, las complicaciones que se presenten durante la gestación y hasta tu herencia genética.
CAMBIOS FÍSICOS
1. Tus pies crecen
La razón es aparentemente toda la presión del peso que cargan los pies durante el embarazo. Esto puede elongar el arco del pie haciéndolos un poco más largo.
Comúnmente los pies crecen media talla y esto fue exactamente lo que aumentaron mis pies tras mi primer embarazo.
No fue necesario salir corriendo a comprar zapatos nuevos, pero sí deje de usar algunos que me ajustaban demasiado.
2. El dolor es inevitable
Este es un tema muy delicado y que provoca escalofríos aún en aquellos que no tenemos planeado experimentar un embarazo pronto.
Nos referimos a las posibilidades de rasgado perianal, suturas o una cesárea.
La realidad es que el parto duele.
En cada lugar hay costumbres distintas, en mi país los doctores realizan una sutura llamada episiotomía que previene cualquier tipo de rasgado.
Tuve que lidiar con la sutura, pero con todo el corazón debo decir que no es un dolor extraordinario. Es una molestia un poco incómoda que pasa rápidamente.
Yo sentía un mayor temor por la herida de una cesárea y afortunadamente no tuve que pasar por eso.
Aprovecho este momento para dirigir mis felicitaciones y admiración a mi mamá y a todas las mujeres que han tenido que enfrentar una cesárea para traer a sus hijos al mundo.
No sé cómo lo hacen, son unas guerreras.
3. Tendrás «goteras»
No hay otra forma de explicar esto así que aquí va, cuando escuches a un bebé llorar, bien sea el tuyo o de alguien más se activará la producción de leche y si no tienes a tu pequeño cerca tus pechos pueden rebasar su capacidad de almacenamiento y gotear.
Esto varía mucho según la mujer, hay algunas que producen más leche que otras, pero todas siempre tienen la suficiente para alimentar a sus hijos.
La recomendación es conocer tu cuerpo y saber si a mitad de jornada vas a necesitar un sacaleches o almohadillas absorbentes.
Y tranquila, eventualmente tu cuerpo se regula a los horarios de tu bebé y los goteos inesperados se acaban.
4. Tu espalda necesita apoyo
En este momento sé lo que muchos de seguro están pensando, pues ¡obvio que duele la espalda!
Solo basta con ver todas las imágenes que tenemos de mujeres durante el embarazo y después del parto y cómo caminan para darse cuenta de esta afección. Pero, tal vez puede sorprender que aún mucho después de dar a luz este dolor persista.
Mi experiencia personal es diferente, yo no experimenté dolor de espalda sino hasta muchos años después cuando mi hija ya está muy grande para cargarla y aún así se empeña en subir a mis brazos.
No sé realmente cuál sería la razón de esta diferencia pero yo se la atribuyo toda a la maravillosa recomendación de usar una faja postparto desde el primer momento.
Todas las mujeres de mi familia, mi madre y tías me pedían que por favor usara la faja. Y yo lo menos que quería en ese momento era una apretada restricción que no me dejara respirar.
Pero resultó que mi madre, tías, madrina y abuela tenían razón; ¿no siempre es así?
Al momento que me puse esa faja el alivio en mi espalda y vientre fue instantáneo.
Sentí que cada parte de mi cuerpo volvía a su lugar, respiraba mejor, me paraba mejor y hasta sujetaba mejor a mi bebé.
Para mi no hay dudas, ¡hay que usar la faja!
5. Llegará la temporada de muda
No me refiero a los nuevos cambios de ropa que le pondrás a tu bebé.
Tu cuerpo debe deshacerse de todas las hormonas del embarazo y empezar un nuevo ciclo, el de amamantar.
Todas esas maravillosas hormonas que ponían tu cutis y cabello reluciente, fuerte y brillante se irán desapareciendo y vas a experimentar una fuerte caída del cabello.
Además muchas mujeres dejan de consumir vitaminas en este momento lo que hace que su cuerpo tenga una mayor descompensación.
Paciencia, no te quedarás calva, solo es un proceso de renovación natural.
6. Hablando de pelos…
Algunas mujeres experimentan crecimiento de cabello y de vellos en lugares totalmente nuevos durante y después del embarazo.
Afortunadamente no he tenido que vivir esta experiencia, pero si conozco algunas chicas que después de tener a su hijo varón se quedaron con una barbita de recuerdo.
El pecho, estómago, vientre, bozo y barbilla son los lugares más comunes de este nuevo crecimiento.
Y sí, es muy desafortunado, pero recuerda que esto también puede suceder cuando envejecemos y se debe todo al desequilibrio hormonal.
Unos meses después todo debería regresar a la normalidad. De no ser así, siempre tienes la opción de usar láser o depilaciones permanentes en esos puntos problemáticos.
7. Tu vejiga te parecerá una «uva»
Es comúnmente conocido que a las mujeres embarazadas les cuesta trabajo mantenerse lejos del baño por largos periodos de tiempo.
El peso del vientre sobre la vejiga nos obliga a ir al baño con mayor frecuencia.
Sin embargo lo que muchos no saben es que el embarazo también debilita las paredes de la vejiga, por lo que te puede costar un poco más sostenerlo cuando tienes ganas.
Un consejo, puedes fortalecer de nuevo los músculos abdominales y del piso pélvico con ejercicios para mujeres que acaban de dar a luz.
Sí, eso existe, es fundamental no dudes en hacerlos
Mientras tanto no aguantes demasiado las ganas para evitar posibles fugas o accidentes.
Por otro lado, esto no es normal en exceso así que no dudes en pedir ayuda a tu médico si sientes que la situación se está saliendo de control. Recuerda es mejor prevenir que lamentar.
8. Amamantar, una dulce ironía
Olvídate de la imagen propagandística de la campaña para lactancia materna con la madre amorosa sonriendo plácidamente mientras da pecho a su bebé recién nacido.
Es falso. Al menos al principio…
Bueno, que no se malentienda, yo soy una defensora férrea de la lactancia materna y pienso que este vínculo es fundamental para la salud física y emocional del bebé.
Pero de verdad llegué a ese momento sin saber exactamente lo que sucedería y por lo que iba a pasar y me hubiera gustado tener más información.
A ver, para empezar tienes que aprender a sujetar al bebé correctamente, eso es fundamental, y mientras lo logras habrá algunos problemillas.
Por otro lado tu bella criatura jamás ha comido en su vida, tiene que aprender a sujetarse bien del pezón y succionar correctamente, lo cual hace en parte por instinto pero el posicionamiento lo aprende.
Y ya que he mencionado el pezón, este tiene que hacer “pico” o punta, sobretodo en las mujeres que tienen un pezón muy plano.
Eso lo logra tu bebé succionando, y sin dar vueltas para decirlo: rompiendo el pezón.
Cuando las heridas sanan se hace una especie de callo y listo, llegarás finalmente a la imagen soñada de amamantar a tu bebé cómo las mujeres de las fotos.
¿Duele?#8230; Sí, duele. A algunas mujeres más que otras porque pueden desarrollar mastitis.
¿Vale la pena? Completamente. No lo cambiaría por nada del mundo. Es la mejor experiencia tras tener a tu bebé, poder sujetarlo, darle amor y nutrirlo, además de los beneficios comprobados para su salud.
Algunos consejos, hay ejercicios para preparar al pezón para amamantar, búscalos y te pueden ayudar un poco.
También hay ejercicios de respiración que te pueden ayudar a superar esos primeros días de dolor.
A mí una terapeuta asombrosa me enseñó una forma de respiración/relajación que me salvó la vida esos días. Busca lo que te funcione.
9. Algunos problemas incómodos
El embarazo puede tener un efecto muy desagradable en tu tránsito instestinal dificultando las evacuaciones. El estreñimiento puede ser severo, especialmente en mujeres que ya presentan esta tendencia.
Además muchas de las medicinas del embarazo incrementan esta aflicción (Hierro, calcio, etc)
Con esto no hay mucha alternativa, prepárate de antemano, aumenta tu ingesta de fibra e incluso pregunta a tu médico qué tipo de laxantes suaves puedes consumir.
No dudes en hacerlo. De lo contrario la situación puede ponerse tan grave que aparezcan las temidas hemorroides.
De por sí este es un tiempo en el que las venas de la zona rectal tienen que soportar mayor presión por el peso del bebé en tu vientre y sus paredes se vuelven más delgadas.
Si además a eso le sumas problemas crónicos de constipación esta es una receta para el desastre.
10. Volverá «la dama roja»
Si ya estabas más que acostumbrada a pasar los meses feliz sin visitas regulares de tu período menstrual, prepárate porque después del parto viene con todo.
Existen una toallas especiales para este momento tan delicado para tu cuerpo ya que puede durar varios días y es muy abundante.
Pero, la buena noticia es que muchas mujeres no experimentan menstruación durante el tiempo que están amamantando, así que volverás a olvidarte de ella al menos por un tiempo.
11. Tendrás un nuevo cuerpo
Para muchas mujeres los cambios del embarazo son un poco traumáticos y muchas se concentran en volver a sus “cuerpos de antes” buscando formas de encoger su estómago o de subir sus pechos.
La verdad es que tal como tu vida, tu cuerpo no volverá a ser el mismo después de dar a luz y eso es algo que tienes que aceptarte y amarte tal como eres.
Ese cuerpo con el vientre estirado y los senos un poco más caídos gestó y dio vida a un ser maravilloso que ahora está aquí gracias a ti.
Puedes encontrar ventajas en esto, por ejemplo si tu estilo de vida pre-mamá era muy fitness descubrirás que ahora podrás lograr una mayor definición en tus músculos abdominales pues estos se separan durante el embarazo.
Si tus brazos antes eran tu parte más débil, al pasar los meses te vas a maravillar descubriendo cómo cada vez pueden resistir más peso y por más tiempo.
Si tus piernas necesitan un poco de ayuda, las diez mil sentadillas que harás cuando tu pequeño esté aprendiendo a caminar te vienen de lo mejor.
Recuerda tus Kegel, dale atención extra al piso pélvico y al final se trata de hacer conciencia de cómo tratas tu cuerpo. Antes, durante y después del embarazo hazlo siempre con amor y aceptación.
CAMBIOS MENTALES
12. Tu visión del mundo cambia por completo y tus emociones también
Muchas mujeres sabemos que el tiempo después del parto es un carrusel hormonal de alegrías, tristezas y confusiones.
La depresión postparto es un miedo constante en muchas mujeres que temen perder el control y no poder cuidar de sus recién nacidos.
Pero hay algo que va mucho más allá de esa experiencia inicial.
Al ser la gran proveedora de cuidado y protectora de tu hijo, la vida entera se perfila de una forma distinta y los eventos más trágicos se vuelven de repente aún más dolorosos.
En mi país tenemos un dicho que explica esto mejor: “La que es madre de uno, es madre de todos”
Esto es así y no puedo sino decirlo con gran admiración por las miles de madres que sufren por sus hijos y dar gracias por la dicha de tener a la mía a mi lado y a salvo.
Un accidente de tránsito ya no es un inconveniente en la conmuta de las mañanas, es el bebé de alguien que se encuentra en problemas.
El adolescente reportado como desaparecido podría ser tu hijo en un futuro aterrador.
Y el niño con leucemia en el hospital te hace experimentar un nivel de tristeza y temor que no habías sentido jamás.
13. Te vuelves una psíquica
Esto es como un canal que pueden sintonizar y si el bebé se siente incómodo o llora ellas pueden saberlo aún desde otra habitación. Esto es algo que yo personalmente experimenté durante los primeros meses de la vida de mi hija.
Aunque con el tiempo sentí que ese “poder mágico” se iba disipando, aún hoy hay un grado de intuición que no comparto con nadie más.
14. Escuchas llanto dondequiera que vas
En la misma onda de la sintonía mental con tu bebé también tu cerebro puede jugarte alguna que otra broma pesada.
Al principio las madres se encuentran muy nerviosas y realmente no quieren dejar pasar ninguna de las necesidades de su pequeño por lo que empiezan a escuchar llantos aún cuando no es el bebé quien llora.
Prácticamente cualquier sonido te parece ser el llanto de tu bebé. Esto sucede sobretodo al principio, mientras estás conociendo a tu pequeño y acostumbrándote a los diferentes tipos volumen de su llanto.
Yo lo sentí la primera vez que me separé de mi hija después que nació.
Tuve que ir a buscar un paquete que nos había llegado con cositas para ella y no pude estar tranquila durante todo el tiempo porque siempre me parecía escucharla llorar.
15. El pudor desaparece
Si bien es cierto que al hacernos mayores cada vez nos acostumbramos más y más a las citas con el ginecólogo y cada vez sentimos menos vergüenza en los chequeos médicos, el parto es una experiencia completamente reveladora.
No me refiero a la claridad mental que adquieres, de la que hablé anteriormente; me refiero a que tu eres revelada ante todos los demás que estén en la habitación.
Allí estás en tu estado más vulnerable, desnuda, expuesta y necesitada de apoyo, guía y asistencia. Al menos así es en la gran mayoría de sistemas sanitarios en el mundo.
Si esto es algo que no te suena posible o agradable, bien puedes preparar un parto en casa o especialistas más delicados que se dediquen a recrear experiencias más naturales.
Puedes anticipar por ejemplo, que siempre habrá alguien con una cámara anhelando captar ese momento.
Pero al final es tu cuerpo y es tu decisión qué tipo de imágenes quieres de ese recuerdo tan vulnerable.
Cabe destacar en este apartado que hay un miedo gigantesco por la posibilidad de hacerse pupú durante el parto.
Esto es real, es algo que puede suceder y hay quienes pueden manejarlo como una necesidad fisiológica más que sucederá en ese momento.
Pero también es cierto que si esto es algo que te inquieta mucho, tu doctor te puede aplicar un lavado o brindarte ayuda antes del parto para que no tengas que sentir ese temor.
Lo principal es eliminar todo lo que pueda coartar tu capacidad de disfrutar este maravilloso momento para ti y tu hijo.
Recuerda, es tu cuerpo, tu lo conoces y puedes prepararte.
Espero que esta lista de cambios pueda ayudar y apoyar a todas las mujeres que están pensando embarcarse en este maravilloso viaje de la maternidad o que ya están de plano embarcadas y quieren saber lo que sucederá.
Se ve como mucho, es una experiencia fuerte y que altera tu vida, al final recuerda somos perfectamente imperfectas.
Comparte los detalles de esta maravillosa experiencia con todas tus amigas madres y mujeres.