La paciente que protagoniza este caso de mala praxis, identificada como Paula, de quien se reserva la identidad, acudió a una clínica de urgencias en Buenos Aires, Argentina. Se dirigió con dolores al Sanatorio San José, la atendió un médico de guardia que le dio el alta médica sin someterla a ningún estudio ginecológico.
Le dijo que tenía un embarazo de cuatro semanas, le recetó paracetamol y le recomendó irse a casa diciéndole: “Los dolores ya se te van a pasar”.
Realmente su embarazo había llegado a término, tenía 36 semanas, y dio a luz en el baño de su casa. Su madre desesperada pedía una ambulancia a los servicios de emergencia porque su hija no podía caminar.
Parió repentinamente a un día de haberse enterado que estaba embarazada.
Su bebé nació sin vida, el médico que la atendió cuando se dirigió a urgencias sin saber que estaba en trabajo de parto, no lo era, no estaba registrado en el Ministerio de Salud de Argentina y usa un número falso de matrícula para ejercer.
Actualmente es buscado por la justicia, está acusado, además, de juicio oral y público el director de la clínica y el jefe de guardia.
Este hecho sucedió el 17 de febrero de 2016, Paula llegó a la clínica y el médico Álvaro Jesús Terán le ordenó un análisis de sangre completo, una ecografía abdominal y otra transvaginal.
Terminó su turno en ese momento y a Paula la comenzó a atender el Félix Lovato, quien le dijo que tenía un embarazo de cuatro semanas y además, una infección urinaria.
No le hizo los exámenes de sangre, ni las ecografías, transcurridas 23 horas le dio el alta y le dijo que volviera el día siguiente para comenzar a controlar el embarazo.
Paula regresó a su casa, horas después los dolores se intensificaron y volvió a la clínica. Su madre intentó pedir una ambulancia, pero le dijeron que no había. De pronto escuchó que su hija exclamó desde el baño: “¡Ya nació!”.
Dos horas después, llegó la ambulancia, a Paula, de 25 años, la trasladaron a la clínica con su bebé.
Le dijeron que el niño había nacido sin vida a causa de la doble circular de cordón y placenta, pesó 3,600 Kg tenía 36 semanas de gestación, el embarazo estaba a término.
Las autoridades comprobaron que Lovato realmente no era médico. Su relación laboral con la clínica era haciendo suplencias. La joven alegó que nunca conoció que estaba embarazada, declaró que su ciclo menstrual era regular y no notó ningún síntoma.
Aumentó un poco de peso, pero lo consideró normal, trabajaba en una cadena de comida rápida.
Carlos Poggi, el médico del Cuerpo Médico Forense encargado de la investigación, asegura que en el caso de Paula hubo mala praxis.
“Es llamativo que en el caso de una paciente con edad fértil que acude por dolor abdominal y tenía un feto en su vientre de 3,600 Kg que expulsó a corto plazo, no haya constancia de un examen abdominal en la consulta médica. El tamaño del abdomen debió llamar la atención del doctor”, comentó.
Ante el cuestionamiento a la justicia de por qué aquel individuo podía trabajar en una clínica sin ser médico, respondieron que se permitió porque estuvo autorizado por el centro de salud.
Por eso también recae en el caso la responsabilidad de Pablo Da Ponte, director médico de la clínica, así como sobre el jefe de guardia, el doctor Luis Camputaro, quienes se encargan de la contratación del personal médico y sanitario. Ambos están acusados de homicidio culposo.
En la clínica no se cumplió el protocolo de seguridad para la contratación de los servicios del falso médico, él no presentó la documentación requerida.
“La muerte del niño podría haberse evitado en caso de haber realizado los controles que le hubieran podido garantizar a la paciente una asistencia médica adecuada hecha por un especialista, habilitado por la autoridad para el ejercicio de su profesión”.
La fiscal Marcela Sánchez pidió la elevación a juicio del caso. “Permitieron la actuación de una persona sin habilitación médica legal y por cuya actuación la paciente regresó a su domicilio donde finalmente dio a luz a su bebé, producto de una serie de actos negligentes de los profesionales”.
Aunque el primer médico que atendió a Paula, Álvaro Jesús Terán quedó exento de comparecer ante la justicia porque su actuación se consideró correcta.
Los dos acusados solicitaron hacer servicios comunitarios a cambio de suspender el juicio. El doctor Da Ponte, especialista en medicina clínica y neumonología ofreció una indemnización e inhabilitarse durante un año en el ejercicio de la medicina, además, se compromete a hacer un curso de seguridad de los pacientes. El fiscal rechazó sus peticiones, igual que el juez Adrián Pérez Lance.
Se espera la fecha del juicio oral mientras las autoridades intentan dar con el falso médico para que se haga justicia. Comparte esta noticia.