Los niños, niñas y adolescentes con diferencias físicas, son uno de los grupos más marginados y excluidos de la sociedad. En comparación con sus pares sin discapacidad, experimentan la inequidad social, económica, y cultural. Ellos, al igual que sus familias, se enfrentan a limitantes en el ejercicio de sus derechos.
Este hecho fue el motor impulsor de una idea emprendida por Amy Jandrisevits, una ex trabajadora social, para quien existía un gran vacío en el mercado infantil, debido a la falta de inclusión para los niños que padecen trastornos que los diferencian físicamente de otros niños.
Amy quiso salir al paso a esta problemática, y se dio a la tarea de confeccionar con sus propias manos réplicas exactas de muñecos con la diferencia física que poseen sus futuros dueños. Se trata de verdaderas obras de arte, creadas para llenar de alegría y esperanza a estos seres tan indefensos y pequeños.
“Cada muñeco cuenta una historia, algunas son desgarradoras, crudas y emotivas”, dijo la artesana.
Cada pedido que Amy recibe es tratado con mucho respeto y, sobre todo, con mucha responsabilidad. Jandrisevits sabe muy bien que, de sus prodigiosas manos depende cambiar o no la vida de estos niños. La intención es brindarles confianza en sí mismos, pero, sobre todo, robarles una sonrisa.
Una pequeñita de nombre Ryann contó su experiencia al recibir a su doble. Confesó que no podía creer lo que veían sus ojos. La muñeca era exacta a ella, pero con una expresión más divertida, que iluminó su rostro de alegría e hizo felices a todos en su familia.
“Cuando tuve en mis manos una muñeca idéntica a mí, no podía creerlo, es la primera vez que veía algo así. Fue algo único e inigualable para todos en la familia”, dijo Ryann.
La obra artística de esta maravillosa artesana está basada, principalmente, en la raza, características físicas y problemas médicos específicos de cada niño. Luego, ya en la comodidad de su hogar, pasa largas horas diseñando y realizando el pedido hecho a la medida para cada cliente.
Amy, por su parte, asegura que nunca se imaginó que su idea tendría tanto éxito. De hecho, los muñecos y muñecas han alcanzado una gran fama y popularidad en el mercado.
Confesó que se sintió gratamente sorprendida, e incluso abrumada al ver la gran cantidad de personas que desean formar parte de un cambio de pensamiento en la humanidad, ser más inclusivos, tolerantes y respetuosos de la diferencia.
Y es que, para la mujer, una buena manera de lograr un viraje en nuestra concepción del mundo y de nuestros semejantes, es a través de la presentación de estas extraordinarias creaciones, que han hecho de las delicias de muchos niños.
A pesar de que cada muñeco tiene un costo de 100 dólares, y consciente de que algunas familias no cuentan con los recursos necesarios, en esos casos, Amy asume los gastos de envío y materiales.
La verdad es que su objetivo no es económico, sino más bien el de llevar un poco de ilusión,alegría e insuflar ánimo en cada uno de los niños que la visitan. Su mejor recompensa es ver esas lágrimas llenas de felicidad y agradecimiento, corriendo por sus dulces y diminutas caritas.
Inicialmente, Amy solo creaba muñecos con diferencias en las extremidades, pero, ya ha comenzado a recibir una enorme cantidad de pedidos para niños que padecen de albinismo, o poseen rasgos distintos, por ejemplo. Comparte esta historia con tus amigos.