El ciclista que representó a Costa Rica en los Juegos Olímpicos de Río 2016, Andrey Fonseca tuvo un noble gesto con los niños del territorio indígena de Cabagra en la ciudad de Buenos Aires de Puntarenas, que fue aplaudido por el mundo.
Este atleta donó 86 bicicletas para que los niños indígenas que viven en el sur del país pudieran trasladarse de un lugar a otro.
Esta fue una iniciativa del ciclista olímpico de Costa Rica junto con la fundación «Yo Impulso», liderizada por el mismo, después de conocer las serias dificultades con las que viven estos pequeños. Esperan ayudar a 500 niños más en 2021.
Los niños no son responsables de las carencias con las que viven, ellos deberían tener una vida en la que, por lo menos, sus necesidades básicas estén cubiertas, pero para nadie es un secreto que muchas veces no es así.
Son muchos los problemas que está comunidad tienen que afrontar por las precarias condiciones económicas. Por ello, siempre será muy bien recibida y agradecida la generosidad que las personas tengan con los niños que viven bajo estas circunstancias.
La demostración de solidaridad de Andrey y su fundación ha sido un noble gesto con los niños de ese territorio indígena. El objetivo del atleta es que los niños puedan superar uno de los principales problemas en esta zona como la deficiencia del transporte.
La mayoría de los menores residentes en esta humilde zona no pueden trasladarse a la escuela, y teniendo bicicletas ya eso dejará de ser un impedimento para estudiar.
“Me hace muy feliz ver la expresión de sus rostros, fue un día muy emotivo, no pude contener las lágrimas porque era algo que teníamos planeado desde inicios de año pasado y no se pudo hacer por la pandemia”, dijo Andrey.
El proyecto «A la escuela en bici», se pudo concretar a través de la fundación «Yo Impulso» logrando conseguir las 86 bicicletas que van a mejorar la calidad de vida de los pequeños, facilitando su rutina diaria cuando llega la hora de ir a la escuela.
“A nivel personal me siento muy contento que, desde la Fundación, no solo le estamos dando un regalo a un niño, sino que le estamos dando un medio de transporte, algo que va a generar cosas positivas en sus vidas”, agregó Andrey.
Andrey reveló que la idea surgió durante un entrenamiento después de que notaran las carencias con las que vivían los residentes de la zona, especialmente para trasladarse de un lado a otro.
Este atleta y su fundación planean que este año puedan beneficiar a 500 niños más.
Andrey dijo que desde ya están recolectando las bicicletas, e instó a las personas que tengan una bicicleta nueva o de segunda mano en buen estado que se pongan en contacto con la fundación.
También resaltó que si alguien puede colaborar con dinero la ayuda será muy bien recibida y si alguna empresa privada quiere sumarse al programa siempre será bienvenida.
Apoyemos esta iniciativa compartiendo esta maravillosa noticia, esperamos que puedan ser más de 500 niños los beneficiados este año.