Para cualquier estudiante, esos minutos en los que el profesor debe ausentarse del salón de clases, por una u otra razón, terminan siendo la gloria. Saberse sin supervisión puede ser realmente divertido para más de un escolar, pero en la pandemia hasta eso ha cambiado.
Al no tener la posibilidad de ir a la escuela, las clases virtuales se han convertido en un verdadero escape para muchos pequeños que sufren el tedio de no poder salir de casa.
Por ese motivo, los estudiantes de segundo grado de la escuela primaria Mount Olive en King, Carolina del Norte, se escandalizaron cuando su maestra fue expulsada de la sala en línea sin ningún tipo de aviso previo.
A finales del mes de agosto la educadora Michelle Westmoreland leía historias en línea a un grupo de 17 estudiantes, cuando fue sacada de Google Meet.
Al parecer una pequeña interrupción con su servicio de internet la dejó fuera del salón de clases a distancia y esto hizo que sus pequeños entraran en pánico.
Los niños se alarmaron pues no entendían por qué la teacher se había marchado sin decir nada.
Pese a todo a la curiosidad, los pequeños decidieron esperarla y demostrar cómo se ha fortalecido su responsabilidad en este tiempo de cuarentena.
«Estaba frenética, tratando de volver a la reunión y no tenía idea de que todavía estaban conectados y tenían esas maravillosas conversaciones. Estaban muy comprometidos, preocupados y esperando a que regresara. Estoy muy orgullosa e impresionada», dijo Westmoreland.
Durante los escasos minutos que le tomó a Michelle resolver el problema, los pequeños no dudaron en reaccionar frente a la cámara del modo más expresivo.
Los chicos estaban realmente sorprendidos y todo quedó registrado en un divertido vídeo que ahora se ha vuelto viral.
Con su boca y sus ojitos abiertos de par en par, Maston Blalock no disimula en lo absoluto su asombro y quizás es uno de los que reaccionan del modo más divertido.
“Creo que es real. La señora Westmoreland acaba de dejar la llamada”, dice Maston, mientras hace un divertido gesto con sus manos cerca del cuello.
El ocurrente Maston.
Como verdaderos adultos, los pequeños comienzan a comentar lo sucedido e intentar saber cuál ha sido el problema. La maestra vuelve a los minutos para recuperar el control de sesión, antes de que la clase se le disperse aún más.
Échale un vistazo a la divertida reacción de estos pequeños.
Sin duda los métodos de enseñanza han cambiado de forma acelerada durante estos meses y los más chicos han sabido muy bien cómo adaptarse a las exigencias de este tiempo. Pero si hay algo que jamás debería cambiar es la libertad para que ellos puedan expresarse, para que continúen siendo niños alegres, curiosos y sanos que a fin de cuentas es el agradable sabor que ha dejado este breve altercado.
Las ocurrencias de los niños son una excelente píldora contra el estrés que la pandemia ha inyectado a nuestras vidas, comparte esta divertida historia y envíale tus bendiciones a los pequeños.