Para muchos tener una familia numerosa es una bendición, pero unos padres que trajeron nada menos que 13 varones al mundo se han convertido en blanco de comentarios. No solo por su extensa prole, sino porque en su ansiado sueño por «tener la mujercita», han tenido dos bebés más.
No hay duda de que los hijos son un regalo y traen alegría y unión al hogar, pero la familia debería planificarse concienzudamente. Y ese definitivamente no es el caso de una pareja en Brasil.
«El número de sus “bendiciones” fácilmente les permitiría crear un equipo completo de futbol incluyendo la reserva», dijo un usuario de las redes.
Los padres de 13 varones no se cansan y siguen perpetuando su apellido
Irineu Cruz, de 44 años y Jucicleide Silva, de 39, son un matrimonio que vive en Conceição do Coité, a 200 kilómetros de Salvador, en Bahía.
Hace más de dos años dieron mucho de qué hablar en los medios porque tienen trece hijos varones, y como son apasionados por el fútbol les pusieron a todos nombres con la letra R en honor a los futbolistas de quienes son fanáticos.
Aman ser una gran familia y el fútbol es su pasión
A pesar de que, literalmente, estaban inundados de hijos varones, deseaban tener por lo menos una niña, y en enero de 2019 vino al mundo Rodrigo. Siguieron intentando, y en septiembre del 2020 nació Raiane Maiara.
La llegada de la niña trajo una inmensa alegría a la pareja y a los 14 hermanos, cuyos nombres empiezan con la letra R: Rodrigo, Ronaldo, Robson, Reinan, Rauan, Rubens, Rivaldo, Ruan, Ramon, Rincon, Riquelme, Ramires, Railson y Rafael.
“Dije que, si fuera niño, estaría muy feliz. Cuando me hice la ecografía, y me dijeron que era niña, entonces estaba aún más feliz.
Ya tenía 14 varones y con la llegada de una niña se completó mi felicidad”, dijo Jucicleide, la fecunda madre.
Tenían como condición que cuando naciera un varón el padre elegiría el nombre y en caso de ser mujer lo haría la madre. Está demás decir que Irineu tuvo mucho trabajo al respecto en los últimos años.
Raiane nació por cesárea y finalmente, lo que todos esperaban sucedió: Jucicleide prefirió someterse a la ligadura de trompas para no tener más hijos.
«Realmente hemos cerrado la fábrica», dijo el risueño padre.
La madre es ama de casa y el padre realiza labores de todo tipo para proveer lo necesario a sus hijos. Sin embargo, la pandemia, como a todo el mundo, también los ha afectado. Mensualmente reciben una pequeña ayuda, que en Brasil se denomina la Bolsa familia, pero las dificultades han aumentado.
No dejan que los hijos salgan, hacen lo que pueden a través del teléfono para cumplir con sus estudios.
“Nos mantenemos aislados en la zona, de aquí no sale nadie. En total son 14 ‘bocas’, porque tres están casados y ya no viven aquí. Tengo dos nietas y un nieto”, agregó el padre.
Irineu intenta conseguir algo de dinero trabajando con el reciclaje de cartón y chatarras. Dos de sus amigos, Rubinho y su esposa Maiara, le prestan ayuda y algunos carniceros de la zona les dan huesos que le quedan para que los vendan.
No entienden por qué no les llega la ayuda de emergencia durante la pandemia, incluso han consultado a un abogado sobre su caso.
Solo han recibido algunas canastas de alimentos, beneficio dado a los hijos que estaban estudiando.
Sin embargo, a pesar de todas las necesidades, les dan gracias a Dios porque dentro de todo están bien de salud, y le piden a Dios que los ayude a sacar a sus hijos adelante, siempre amparados en el dicho popular de que: «Un hijo siempre viene con un pan bajo el brazo».
Su caso es realmente insólito, no hay duda de que en la casa de esta familia abunda mucha algarabía, además de muchas “erres”.