En muchos países, sobre todo de América, y después de la pandemia, se ha convertido en una tradición celebrar la culminación del período escolar con una caravana de automóviles.
Las instituciones educativas convocan a los padres para que asistan a los eventos académicos en automóviles para evitar contagios, pero no todas las familias tienen esa facilidad.
En México una madre y su hija caminaban bajo el sol detrás de la caravana resignadas, pero con mucha dignidad para asistir a su graduación, pero de repente algo ocurrió y su llegada fue maravillosa.
Solo querían disfrutar de la graduación como los demás
Yaromi es una niñaque vive en Matamoros, Tamaulipas, cursa estudios en la escuela Club de Leones Sur de Matamoros. Después de su esfuerzo y dedicación, con todas las dificultades que se presentaron durante un año escolar trastocado por la pandemia, logró la culminación y era muy importante para ella asistir a su graduación de preescolar.
Todos sus compañeros de clases iban cómodos en automóviles, formando una caravana, pero la familia de la pequeña no tenía uno, y tampoco contaba con los recursos económicos para pagar el servicio de alguno.
Así que decidieron madre e hija tomarse de la mano e irse caminando detrás de los vehículos.
La niña siempre mostró una linda sonrisa en su rostro pese al intenso sol de ese día
En la puerta de la escuela las docentes muy bien organizadas iban recibiendo a cada estudiante que se bajaba de un auto y se le entregaba su correspondiente certificado, los familiares orgullosos tomaban fotografías y grababan tan importante momento.
Pero hay quienes dicen que los ángeles existen y están en la tierra, pero no los reconocemos a primera vista porque no tienen alas. A unas cuantas cuadras del plantel escolar, la patrulla 967 de la policía estatal iba pasando, en su interior dos funcionarios debidamente uniformados se dieron cuenta de lo que le ocurría a la niña y decidieron hacer algo por ella.
“Hoy pasó algo muy bonito, se los comparto. Fue nuestra caravana de fin de cursos y una alumnita venía caminando así que ellos, (los oficiales), la vieron y la trajeron a la escuela para que pasara en carro”, escribió la maestra Ana Teresa Martínez en su cuenta de Facebook.
Los policías tocaron la sirena de la patrulla como una forma de hacer una antesala y anunciar la llegada de la emocionada graduanda, y como si fuera poco se convirtieron en sus padrinos de graduación. Se tomaron fotos con ella y su madre, fue un instante sorprendente y realmente conmovedor que cautivó a todos los asistentes.
“De solo ver las imágenes se me humedecen los ojos, ¡qué linda y feliz se veía la niña mientras los policías la escoltaban!”, expresó una emocionada internauta.
Sin duda alguna que este será un recuerdo que quedará grabado en el corazón de Yaromi durante mucho tiempo, y también de todos aquellos que participaron en la graduación. Cosas como estas llenan de satisfacción y alegran los corazones, especialmente en una etapa tan dura que nos ha tocado a vivir a todos.
No dejes de hacer algo por las personas que te rodean. No olvides que las semillas que caen en buena tierra siempre dan los mejores frutos.