La pandemia sigue inundando de tristeza los hogares del mundo, no es raro que en una familia fallezca más de un miembro y muchos niños queden huérfanos. Eso fue lo que les ocurrió a tres trillizos en Brasil, y la decisión que tomó su tío conmovió a todos.
Son 3 hermosos angelitos que quedaron desamparados
Douglas Junior Faria Amaral de 26 años trabaja como representante comercial, y vive en Votuporanga, Sao Paolo, junto a su esposa Luana Amaral y su hija de 1 año y 7 meses de edad. En marzo sus hermanas Karina Angélica, de 33 años, y Ana Paula, de 37; y su madre, Valentina Peres Machado, de 66 años, se contagiaron de Covid-9.
Uno de los sobrinos de 18 años también enfermó, pero se recuperó rápidamente. Ana Paula era madre de tres trillizos, Pedro, Paulo y Felipe, quienes perdieron a su padre en un accidente.
Después de que las tres mujeres comenzaron a mostrar síntomas, la primera en ser hospitalizada fue Valentina, ingresó al Hospital Base de São José do Rio Preto.
Ana Paula y Karina permanecían en casa sin presentar síntomas graves recibiendo atención médica. Pero desmejoraron y necesitaron ir a un centro de salud en Parisi. Mientras esperaba una cama, Karina empeoró, y la pasaron a la UCI rápidamente.
“A las cuatro de la mañana, mi padre, que trabaja en el área de salud, llamó para informar la noticia de la muerte de Karina. Mi tormento comenzó en ese momento. Mi vida dio un vuelco y empezó a oscurecer”, dijo Douglas.
El mismo día que el afligido hermano sepultó a Karina, Ana Paula fue trasladada a Santa Casa de Votuporanga, a unos 16 kilómetros de Parisi donde fue intubada, Pero no respondió positivamente a la medicación y sufrió un paro cardíaco.
“Ana Paula no sabía nada de la muerte de Karina. Ella estaba consciente cuando Karina murió, pero decidimos no decirle debido a su condición. Enterramos a Ana Paula con Karina en una crítica situación. Demasiado horrible”, agregó el hombre.
Valentina también necesitó ser intubada y mostró una leve mejoría, los médicos empezaron a reducir los sedantes, pero después todo cambió y la madre no reaccionó. Una gran infección se había apoderado de todo su cuerpo y también falleció.
La pérdida de Ana Paula llevó a Douglas a tomar una decisión, se hizo cargo de los trillizos. Aunque su esposa y él no tenían planificado más hijos, no podían dejar a su suerte a sus sobrinos, que no tenían ya a sus padres y eran tan pequeños.
“Mi vida siempre ha sido muy organizada y planificada. No tenía planes de tener más hijos. De repente mi vida dio un vuelco. Así que me congelé. Es una gran responsabilidad, pero mi esposa me miró, dijo que eran mis sobrinos y decidimos que los trataríamos como nuestros hijos. Hoy veo que, de verdad, los tres tenían que ser nuestros”, explicó Douglas.
A pesar de su edad, los niños ya saben que perdieron a sus padres y se han convertido en una gran ayuda que evitó que su tío cayera en depresión por la muerte de su madre y hermanas. Está dispuesto a sacarlos adelante y los ve y siente como si fueran sus propios hijos.
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