Las personas que se alistan en el ejército son realmente dignos de admirar y podrían verse como verdaderos héroes pero la realidad es que no todos han terminado en el ejército por pasión, sino simplemente porque fueron reclutas.
Aunque en la actualidad esta realidad ha cambiado, se trata del caso de muchos de los hombres que lucharon en la Primera o Segunda Guerra Mundial.
Muchos de ellos dejaron de lado sus sueños y hasta a sus familias para defender a su país. Uno de estos veteranos de guerra es Lou Pioli, de 99 años, quien abandonó sus estudios cuando fue reclutado para luchar en la Segunda Guerra Mundial.
A principio de este año, el Sr. Pioli reveló a su familia que había un sueño que no había podido cumplir: graduarse.
En 1942, este abuelo era un joven que estudiaba en la Universidad de Niágara, en el estado de Nueva York, para obtener un título de dentista.
Sin embargo, su futuro dio un giro total cuando lo reclutaron. En ese momento, el joven le pidió al jefe de recluta que le permitiera terminar su semestre antes de ser enviado a la guerra, pero claramente recibió una negativa.
«De inmediato, dijo: ‘¿Qué quieres dos años para poder estudiar?’ Me enojé mucho cuando dijo eso. Fue la primera vez que perdí la calma», recordó Pioli.
Con 22 años, Lou fue enviado a Francia, donde se combatió como piloto a planeadores militares. Al terminar la guerra, el hombre no pudo continuar con su carrera, dejó su sueño para trabajar en una compañía de seguros.
Años después nacería su primera hija, Lou Ann, y el hombre se despidió por completo de la posibilidad de retomar su carrera.
Tras la emotiva confesión hecha por el Sr. Pioli a su familia, su hija mayor decidió buscar el modo de hacer el sueño de este hombre una realidad. Lou Ann escribió a la Universidad de Niágara y relató la historia de su padre, además de expresar lo orgulloso que él se sentía por haber estudiado en esa institución.
«Él todavía conserva su corbata y gorrita morada de primer año y personifica los valores y ejemplifica la misión de la universidad”, escribió Lou.
Ante la carta enviada, la Institución no pudo negarse a la posibilidad de otorgar un título honorífico a este valiente hombre que dejó de lado su carrera para servir no sólo a su nación, sino al bien de la humanidad.
El pasado 17 de mayo, el Sr. Pioli recibió su propio diploma en una ceremonia privada celebrada especialmente para él.
El propio rector de la Universidad del Niágara hizo entrega del título honorífico como miembro asociado a la Institución. Lou manifestó estar realmente feliz por haber logrado su sueño, algo que realmente merecía alcanzar y que nos complace saber que pudo hacerse realidad.
No te marches sin compartir esta historia, pues nos encantan los finales felices y es importante rendir honores a quien honor merece. Además, este hombre nos recuerda que nunca es tarde para lograr un sueño ¡Felicidades Lou Pioli!