El amor entre hermanos es un lazo que con el paso de los años se va fortaleciendo y difícilmente se deja vencer ante las adversidades.
Lupita y Carmen Andrade son hermosas gemelas siamesas que representan un verdadero milagro de amor. Ellas han demostrado que el lazo que las une va más allá de su cuerpo, es el amor y las ganas de vivir una junto a la otra.
Las gemelas nacieron en junio del año 2000, en Veracruz, México. Sus padres, Norma y Víctor se enteraron que eran gemelas a las trece semanas de gestación. Un mes más tarde le informaron que se trataba de gemelas siamesas.
A estas pequeñas se les pronosticó una probabilidad de vida de tan sólo tres días… ¡Afortunadamente han superado toda expectativa!
A sus dos años, viajaron con sus padres a los Estados Unidos con una visa médica, con el objetivo someterse a evaluaciones y así determinar si era posible separarlas.
Los resultados de los análisis coincidieron con el diagnóstico del equipo médico que las evaluó en su país natal, había un alto riesgo de que murieran por la cantidad de órganos que compartían.
Actualmente a sus 16 años llevan una vida feliz, cada una con su personalidad y con las ganas de hacer cada día el mejor de todos.
Las estadísticas indican que lamentablemente la mayoría de gemelos siameses mueren poco tiempo después del nacimiento.
La vida de estas pequeñas ha sido un verdadero milagro de amor.
Ellas tienen unida la pared torácica a la pelvis, donde se juntan su columna, es lo que se conoce como gemelos omphalopagus.
Comparten algunas costillas, el hígado, sistema circulatorio, digestivo y reproductor.
Cada una tiene sus 2 extremidades superiores, con las extremidades inferiores no sucede lo mismo, Carmen tiene el control de la pierna derecha y Lupita la izquierda.
Determinar cómo las niñas son capaces de ir al baño o conocer cómo funciona su ciclo menstrual es muy difícil. Su vejiga y su útero funcionan normalmente, pero no está claro cuál de las niñas controla los controla.
Estas hermanitas lograron dar sus primeros pasos a los 4 años de edad. Previo a este logro pasaron un tiempo en terapia para controlar y coordinar las piernas.
Aprendieron a mantener el equilibrio de dos cuerpos superiores en un solo par de piernas.
Aunque son gemelas, sus personalidades son totalmente distintas, por lo que no ha sido solo un proceso de coordinación física, sino también emocional.
Ellas comentan que en la primera impresión la gente espera que sus reacciones sean las mismas, una vez que las conocen expresan literalmente que son completamente diferentes.
Una de las cosas que tienen en común es el amor por los animales y ambas se encuentran en un programa agrícola en la escuela.
Los animales para ellas también tienen un fin terapéutico, aman sin decir nada y saben expresarse y detectar en los humanos el estado de ánimo. Definitivamente son seres muy sensibles para ellas.
Ellas están aprendiendo a tocar piano, a pesar de que no ha sido una tarea fácil se las han arreglado, Carmen aprende a tocar las teclas del lado derecho y las teclas que corresponden a la mano izquierda le toca a Lupita. Con la práctica han aprendido a coordinarse entre sí.
Lupita ha sido diagnosticada con escoliosis y sus pulmones funcionan a tan sólo 40%. En vista de esa situación y pensando en facilitar la respiración de Lupita, los médicos hicieron la sugerencia de la cirugía.
Sin embargo, esto significaría poner en peligro vidas de las niñas.
Con el pasar de los años pueden aparecer otras complicaciones que se traducen a futuro en problemas de salud. Lupita puede llegar a necesitar un tanque de oxígeno o una cirugía.
Si se tratara de un caso normal el procedimiento sería simple, un segmento de la columna vertebral se eliminaría para corregir la malformación. Sin embargo, bajo la condición de ellas puede complicarse.
Lupita pudiera presentar una lesión cerebral o incluso perder la vida.
El Dr. Mark Lee, cirujano del Centro Médico de Niños de Connecticut, explicó a las niñas y a su madre la gravedad de la curvatura que presenta la columna de Lupita. Ha alentado a las chicas a sopesar sus opciones en el futuro.
“¿Por qué quieren que nos cortemos a la mitad?”, es la pregunta que hacen estas hermanas cuando sus pares y los médicos hablan de la cirugía para separarlas.
Afortunadamente ellas siguen prosperando.
Las niñas no quieren ser separadas. Si lo hicieran, cada una tendría una sola pierna lo que implicaría muchos años sometidas a terapia física.
“Y luego está toda la situación psicológica porque hemos estado tan acostumbradas a cómo estar juntas”, dijo Carmen.
“Sólo vamos a vivir la vida y eso es todo”. Para ellas someterse a la cirugía que ayudaría a Lupita a respirar mejor, implica mayores riesgos que beneficios.
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