La motivación interna es el trampolín que impulsa al ser humano a cumplir sus metas, sin embargo, muchas veces no es tan fácil reconocer cuál es la verdadera determinación que permite los pasos firmes en el camino.
Madonna Buder, una hermana católica, de 86 años de edad, es una prueba fiel de cómo los límites pueden ser sobrepasados con la voluntad y el compromiso personal para realizar los sueños.
Nació en julio de 1.930 y entró en el convento a los 23 años de edad.
“El único error es no intentar” dice esta encantadora monja de St. Louis, Missouri. A sus 48 años ella tenía sobrepeso y necesitaba estar en sintonía con la mente, el espíritu y el cuerpo. Fue cuando decidió seguir la recomendación del Padre Juan, y comenzó a correr.
Al inicio fue difícil, pero asumió con toda responsabilidad el compromiso. Ella separó sus objetivos, uno espiritual y otro práctico. El primero consistió en correr primero 10 minutos y el segundo objetivo fue aumentar un 10% más. Y así lo hizo.
A sus 50 años esta hermana terminó su primera carrera popular. Un par de años más tarde completó su primer triatlón.
Siempre fue agradecida con Dios, pero nunca ha sido conformista.Con 55 años ya había conseguido su primer ironman. Una prueba que consiste en 3,86 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera.
Realmente es una prueba muy exigente destinada para atletas que estén en excelentes condiciones y tengan alta resistencia.
A sus 82 años de edad, en el año 2.013, la hermana Madonna, logró en Hawái el récord mundial de la persona con más edad en terminar un ironman… ¡Increíble pero cierto!
Su experiencia deportiva cuenta con 340 competencias de triatlón y 45 ironman.
Gracias a su participación y desempeño se creó la categoría para mayores de 80 años. También en una de las campañas publicitarias de la casa Nike.
El recorrido del camino ha sido largo, pero nunca ha dejado de caminar. Ha superado unas cuantas lesiones, tales como fracturas de los huesos de las manos, brazos, costillas y cadera.
Esta monja confiesa que la clave de su éxito incluye una buena dieta, así como una maravillosa genética, pero sobre todo una determinación de hierro. De ahí su apodo … “La monja de hierro”.
Para ella, mantener activa la determinación es fundamental una verdadera conexión entre el motivo que sostiene la fuerza con el deseo espontaneo que te da la vida.
La determinación es el impulso que alienta a conseguir lo que se quiere.
Cuando esta hermana comenzó su carrera por el bienestar corporal, espiritual y emocional hace más de 40 años, muchos pensaron que era una locura, un imposible.
Ella siempre encontraba la manera de entrenar, siempre practicaba en lugares comunes, tales como ir en bicicleta a la misa, ir a las casas de acogida corriendo, nadar en las piscinas públicas.
Mantuvo su enfoque muy alineado con su deseo y eso fue lo que la convirtió en una mujer con mucha fortaleza.
Realmente la determinación es una capacidad que todos tenemos y que bien vale la pena descubrir esa pasión para lograr que lo imposible, sea posible.
Es importante encontrar esa conexión que activa la chispa perfecta para mantener la motivación siempre encendida.
Para esta monja la conexión se trata de un objetivo espiritual. Pero cada persona debe descubrir el suyo. Puede ser cualquier motivo, razón que logre mantener la fuerza y el norte de lo que se quiere lograr.
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Después de encontrar esa motivación, es importante asumir el compromiso con convicción. De esta manera el deseo se ve consolidado en resultados poderosos y positivos.
Comparte con tus amigos y familiares, la historia de esta maravillosa monja que con su ejemplo y una gran sonrisa mantiene que «si la vida no tiene desafíos no vale la pena vivirla»… ¡Atrévete!