Algunas personas creen en la existencia de ángeles, estos seres espirituales con alas quienes tendrían una misión especial de protegernos de los peores peligros, especialmente cuando somos niños. Y no faltan las madres quienes acuden a su intercesión pidiéndoles una especial protección sobre sus pequeños.
Otras personas se muestran totalmente incrédulas, pero lo cierto es que la experiencia que tuvieron las enfermeras del Hospital de Charlotte, en el estado de Carolina del Norte, Estados Unidos, las dejó marcadas para siempre.
Chelsea Banton vino al mundo con serias complicaciones de salud después de haber nacido cinco semanas antes de tiempo. Pasó toda su niñez entre hospitales, inyecciones y tratamientos, hasta que en 2008 cuando había cumplido 14 años, su vida se estaba apagando y ya le quedaba muy poco tiempo.
Su madre, Colleen, que había sido testigo de cuánto había luchado su hija por sobrevivir, tomó la dura decisión de pedirle a los médicos que retiraran el soporte vital que mantenía con vida a sus hija, para así permitir que de manera natural su hija llegara hasta el último suspiro.
Es la decisión más dura por la que puede atravesar una madre, sin embargo, ni sospechaba la sorpresa que el destino le tenía preparado a la pequeña.
Después de una hora de que los médicos acataron la orden de desoncectarla, el personal estuvo revisando las cámaras de seguridad y se quedaron paralizados al descubrir una imagen totalmente anormal.
“Era la imagen de un ángel”, dijo la madre.
Collen dijo que no sabía si el ángel había venido para llevarse a su hija al cielo o si estaba allí para salvar su vida.
Pero de lo único que había certeza absoluta es de que Chelsea repentinamente comenzó a recuperarse.
Chelsea no sólo que de despertó tras haberle retirado el soporte vital, sino que además finalmente pudo regresar a casa con su familia.
Evidentemente, los médicos no podían salir de su asombro, jamás habían visto una mejoría tan rápida en un paciente que prácticamente regresó del más allá.
Chelsea pudo celebrar su cumpleaños N° 15 junto a su madre y a sus hermanos. Y la madre no duda de que lo que vivió su hija es un don que vino de lo alto:
“Es un milagro. Y estoy aprendiendo a no dar nada por sentado. Este será un cumpleaños muy especial. ¿Quién sabe? Podría ser el último. Pero ella ha llegado hasta aquí, y no me voy a rendir ahora”, dijo Collen visiblemente emocionada.
La bendición de tener a Chelsea con vida duró 7 años más. Si bien la ahora adolescente de 22 años, tuvo que dejar precozmente este mundo, su madre no puede estar más agradecida de haber podido disfrutar de la luz que irradiaba esta guerrera que nació para ganar todas las batallas.
El día en que un ángel se apareció en la cama del hospital marcó un antes y un después, y ahora saben que tienen a su propio ángel en el cielo y es Chelsea:
Una historia que demuestra que los milagros sí pueden existir. Unas veces vienen vestidos en forma de ángeles que nos alientan a seguir luchando. Comparte esta increíble historia con tus amigos.