Una de las consecuencias más devastadoras del coronavirus es que quienes pierden la vida a causa de esta enfermedad deben hacerlo solos, el protocolo exige que estén aislados.
En muy pocos casos se permite que un familiar le acompañe desde lejos en sus últimos momentos. En otros, los pacientes pueden despedirse a través de una vídeo llamada gracias a la solidaridad del personal sanitario.
Tal como el caso de esta madre que logró hablar por última vez con su hija gracias a las enfermeras que hicieron una llamada.
Michelle Bennetts pudo despedirse de su madre, Carolann, de 75 años, cuando estaba a punto de perder la vida por coronavirus.
Su historia es tan emotiva que diversos medios de comunicación la han reseñado, muestra el drama de la realidad que sufre el mundo desde que el coronavirus se convirtió en una pandemia que ha cobrado la vida de 55.132 personas.
“Mamá, te perdono. Te quiero. Te voy a echar de menos”, fueron parte de las últimas palabras que le pudo decir gracias a una enfermera que le ofreció la oportunidad de verse y conversar.
Carolann trabajó durante toda su vida como enfermera, fue ingresada por complicaciones respiratorias en el hospital del condado norteamericano de King.
Después que obtuvo un diagnóstico positivo de coronavirus, su estado de salud empeoró, contactaron desde el hospital a su hija Michelle y le dijeron que lamentablemente su madre solo tenía un 10% de posibilidades de sobrevivir.
Transcurrieron unos días y una enfermera, Tatiana, decidió llamar a Michelle desde la habitación de Carolann.
“Por los signos que presenta y por la forma en que respira, es probable que el final esté cerca”, le dijo.
Michelle le pidió si podía hablar con ella, así que la enfermera, hizo una vídeo llamada para que además pudiera verla.
“Ella sostuvo el teléfono en la cara de mi madre, y le dije que la amaba y que la iba a extrañar. Ya sabes, como todas las madres e hijas tuvimos nuestros problemas, pero nunca tuve ni un momento para decirle ‘te perdono’ y que ella me perdonara a mí”, relató.
“Pude decirle en esa llamada: ‘Mamá, te perdono… y te amo, y te voy a extrañar. Y está bien que te vayas. Está bien que te vayas”.
Las enfermeras usaron el teléfono móvil para que Michelle pudiera ver a una enfermera acariciando la cabeza de su mamá y a otra sosteniendo su mano.
“Mi madre podía escuchar mi voz, mientras las enfermeras la consolaban. Mi mayor temor era que ella muriera sola en esa habitación. Ni siquiera podía soportar esa angustia un segundo, y esas enfermeras lograron que eso no sucediera”, contó Michelle.
Las enfermeras que estaban alrededor de Carolann le ofrecieron mucho más que un regalo de despedida, le dieron la paz que necesitaban.