Stacey Faix se quedó embarazada con apenas 15 años de edad. Debido a su corta edad no se sentía en lo absoluto preparada para ser madre, pero decidió darle la oportunidad de la vida a su hijo. Sin embargo, no tuvo otra opción que ponerlo en adopción.
Tras 9 meses de la más desoladora espera, sabía que apenas diera a luz no le permitirían ver la cara de su bebé, y así fue.
La adopción del bebé de Stacey tuvo lugar en Pensilvania en el año 1982.
Para noviembre de 2017 la ley había cambiado permitiendo a los adoptados acceder a su certificado de nacimiento original. Y esa fue la mejor de las noticias para Stephen Strawn, un chico nacido en 1982, que había sido adoptado.
A Stephen le volvió el aliento cuando supo que por fin sabría quién era su madre biológica y podría conocer detalles que le fueron escondidos.
Apenas supo el nombre de su madre, Stacey Faix, acudió a Facebook con la esperanza de encontrarla
Poco tardó Stephen en encontrar a través de las redes a quien él creía podía ser su madre
Aunque preso de los nervios, no dudó en contactarla de inmediato.
«Le envié un mensaje y le dije: ‘Oye, tengo una pregunta realmente extraña'», dijo Stephen. «Le dije: ‘¿Pusiste a un bebé en adopción en 1982?’ Ella dijo que sí.’ Le dije: ‘Creo que puedes ser mi madre biológica’”.
Stacey, por su parte, también había sufrido durante años el calvario de tratar de encontrar a su hijo, sin éxito alguno.
El par no se habían visto una sola vez en su vida, pero desde su primera conversación supieron que tenían muchas cosas en común.
Para esto Stacey vivía en Ohio y estaba planeando correr en la Media Maratón de Pittsburgh como miembro del Equipo Rojo, Blanco y Azul (RWB), una organización de la cual Strawn también era miembro, desde donde vivía, en Pensilvania.
Stephen tramó un plan para el día de la carrera que dejaría a su madre biológica sin aliento.
Antes de disponerse a salir para la carrera, Stacey se presentó sin saber la gran sorpresa que le esperaba. Recibió una tarjeta con un mensaje que decía:
“Han pasado 13,075 días desde la última vez que me viste. No quería que esperaras un día más».
Stacey entendió inmediatamente de quién se trataba y sin poder cerrar la boca sólo se dispuso a buscar desesperadamente hacia su alrededor, aquello que venía haciendo durante años.
En cuestión de segundos, ahí estaba Stephen Strawn que había esperado 35 años para el sueño de su vida: abrazar a su madre.
«Debimos habernos abrazado alrededor de 10 veces diferentes», dijo Stephen. “Terminamos de abrazarnos, nos miramos y luego nos abrazamos de nuevo. Era algo surrealista».
Las lágrimas no tardaron en rodar por las mejillas de ambos.
Se intercambiaron una mirada de amor y un abrazo eterno porque las palabras sobraban.
Stacey y Stephen sin poder dar crédito al encuentro con el que tanto habían soñado.
Aquí puedes enterarte un poco más de esta hermosa historia:
Si te has emocionado tanto como nosotros, no te vayas sin compartir el conmovedor reencuentro de esta madre con su hijo.