Lo que una madre es capaz de hacer por un hijo es inmesurable. Y cuando además, miles de voces agoreras hacen las peores sentencias sobre el destino de un hijo con capacidades diferentes, entonces aflora lo que comúnmente se conoce como «mamá leona».
Es lo que le sucedió a esta valiente mujer, María Cecilia Lovera, de Chile, quien tras conocer que su hijo padecía autismo, a los 3 años de edad, la psiquiatra que atendía su caso le dijo lo más desgarrador que se le puede decir a una madre.
«Me dijo que ni siquiera podría hablar, que sería un mueble, que nunca podría ser alguien en la vida», relata la madre.
«Le aconsejo que tenga más hijos, ya que con este no conseguirá nada”, había sentenciado la psiquiatra.
Pero a María Cecilia no le importó, sabía que tendría que hacer lo que fuera para sacar a su hijo adelante.
Sin embargo, nada fue fácil para ella, ni para su hijo Iván Gutiérrez, que tuvo que superar el peor acoso escolar y los perversos pronósticos de los médicos.
Cuenta que siguió el consejo de un profesional que le dijo que matriculara a su pequeño en un colegio «lo más normal posible», pero siempre que decía que su hijo tenía autismo, la respuesta que recibía era que no había espacio para él.
“¿Por qué quiere que su hijo estudie? Sú hijo no va a poder trabajar en cualquier cosa. Si llega a trabajar va a tener un oficio muy menor. Jardinería, pastelería, esas cosas. Pero ni crea que su hijo va a aprender otra cosa. Sáquese eso de la cabeza”, fueron las duras palabras que recibió del director de una escuela.
Hasta que gracias al tesón de la madre pudo matricularse en una escuela para niños normales, pero nunca se libró de las burlas de sus compañeros que le pegaban chicles y de los propios docentes que lo martirizaban.
Sólo esta madre sabe todo lo que tuvo que pasar Iván hasta que finalmente, ahora, a los 25 años de edad, todos los esfuerzos le han dado la mayor recompensa de su vida. Y quien se supone que «sería un mueble», ahora lo vio graduarse de la Universidad de ingeniero.
¡Qué gran lección!
Así lo dio a conocer en su cuenta de Twitter, esta orgullosa mamá:
«El año 1997 diagnosticaron a mi Iván con autismo , la siquiatra dijo que ni siquiera podría hablar, que sería un mueble. Les quiero contar que el mueble acaba de graduarse de la Universidad. Siento una emoción indescriptible”.
La publicación acumula más de 70.000 me gusta, 14.000 retuits y 2.000 emotivos comentarios de apoyo a la ejemplar madre.
“Lo que a mi me importa es darle un mensaje de esperanza a las mamás de niños autistas. Uno lo ve todo negro y esto da esperanzas. Yo no lo tuve. Les diría a la mamás que crean en sus hijos y que un médico tiene la obligación de dar un diagnóstico pero no la de poner una lápida sobre un niño”, concluyó.
Por su parte, el joven orgulloso también publicó un video en su cuenta de Twitter, celebrando su gran logro: