Mary Desin, de 58 años falleció repentinamente el pasado 2 de junio a causa de una aneurisma cerebral. Durante 39 años trabajó como enfermera en el Hospital Hamot del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh en Erie.
Le enfermera quiso seguir ayudando a salvar vidas aun después de su muerte, así que decidió convertirse en donante de órganos.
Cuando la trasladaban al quirófano, más de 100 trabajadores del hospital se congregaron alrededor de los pasillos para rendirle homenaje y despedirla.
Matthew James Desin, el hijo de la enfermera declaró a un medio de comunicación local:
“Fue un momento extremadamente emotivo. Casi todo el mundo estaba llorando”.
“Muchas personas que ni siquiera me conocían se acercaron para decirme cuánto la querían y cuánto las había ayudado a avanzar durante su carrera. Esperaba que estuvieran allí 20 personas, y sus compañeros actuales. No esperaba que tanta gente se congregaría para rendirle un tributo”, agregó Matthew.
Mary era una mujer noble, comprometida con su trabajo y amante de los animales. Según la descripción de su obituario, fue generosa con todas las personas que se cruzaban en su camino.
“A ella le encantaba que su trabajo como enfermera le permitiera ayudar a cualquier persona, servía a todos los que podía”, dijo una de sus compañeras, Donny McDowell.
Asimismo, comentó que la decisión de Mary de convertirse en donante de órganos la conmovió mucho. “Lo que estaba haciendo demostró que era muy valiente, fue increíble ver las vidas que serían transformadas gracias a su decisión”.
Durante su trayectoria en el hospital, Mary ocupó muchos cargos, el último fue como enfermera de admisiones.
Su esposo falleció hace años, la partida de Mary deja huérfanos a sus tres hijos: Matthew, James y Laura.
La noche en la que murió Mary el hospital encendió tres luces en la parte superior del edificio en señal de duelo por tan irreparable pérdida. Las luces suelen encenderlas cuando se realiza un trasplante de órganos.
En una publicación en la página de Facebook del hospital se puede leer este mensaje:
“Ella donó sus órganos para continuar ayudando a salvar vidas, incluso después de su fallecimiento. Teníamos un homenaje para ella, pero el pasillo se llenó de más gente de la que pudiéramos imaginar para despedirla. De ahora en adelante esas luces no solo se encenderán cuando alguien reciba un órgano, también iluminarán el edificio cuando alguien los done”.
La institución concluyó diciendo que nunca olvidarán a esta especial enfermera cuyo legado prevalecerá por siempre. Comparte este solidario acto de amor.