La alegría ha llegado nuevamente a un hogar de Derby, al noroeste del Reino Unido, gracias a la prótesis que recibió una niña de 3 años a quien le amputaron una pierna.
La pequeña Marnie Allen-Tomlinson sufre de una extraña condición genética conocida como neurofibromatosis tipo 1. Esta enfermedad ocasiona el crecimiento de tumores alrededor de los nervios de la niña.
Además, Marnie sufre de pseudoartrosis y debido a esto es propensa a constantes roturas en sus huesos.
A su corta edad, sus padres Samera Tomlinson y David Allen se vieron obligados a enfrentar una amarga decisión, amputar su pierna. Sin embargo, la amputación era la única medida para calmar los intensos dolores de Marnie, ocasionados por una fractura irreparable en su pierna izquierda.
La niña había sufrido una fractura a sus 14 meses de vida y recibió una cirugía para fusionar el hueso pero no funcionó. Por esa razón los padres se vieron obligados a autorizar la amputación para calmar los dolores.
Después de 2 meses de la operación, Marnie recibió una prótesis con luces y su madre decidió registrar en vídeo el conmovedor momento en el cual la prueba por primera vez. Con gran temor pero una inmensa sonrisa en su rostro, la valiente niña da un primer paso con la ayuda de su padre y una especialista que la motiva a caminar con confianza.
«Tenía miedo de que le colocaran la prótesis porque le preocupaba que fuera doloroso», dijo Samera, la madre de la pequeña.
Esta familia ha tenido que pasar por momentos muy duros debido a la enfermedad de la pequeña. A los 22 meses Marnie fue operada y se le insertó una varilla expansible en su hueso roto para ayudar a fusionarlo nuevamente. La pequeña llevó la férula durante un año pero no obtuvo mayores resultados. Contrariamente, su movilidad se veía cada vez más perjudicada.
“Lo estamos haciendo al ritmo de Marnie. Será un proceso largo, pero lo lograremos. Debido a que Marnie ha estado acostumbrada a saltar, ahora tenemos que enseñarle a caminar con ambas piernas. No podría estar más orgulloso de ella y ahora estamos esperando el futuro”, dijo Samera.
La prótesis fue el mejor regalo de Navidad que Samera pudo recibir. Ahora la niña se está acostumbrando a andar con ella, especialmente por el hecho de que ya estaba habituada a saltar para trasladarse.
Los padres de la pequeña solo esperan que ella pueda jugar y llevar una vida como la de cualquier otro niño de su edad. A finales de este mes, Marnie volverá a su guardería caminando con su prótesis de unicornio.
Comparte esta esperanzadora historia y muéstrale a tus amigos cómo Marnie no desistió ante tantas dificultades ¡Al final del día, los finales felices también son posibles!