Ser madre es una experiencia hermosa y llena de incontables retos. Actualmente, uno de los más difíciles para las mujeres en todo el mundo es equilibrar su vida laboral con el cuidado que dedican a sus pequeños.
La mayoría de las empresas otorgan un permiso de maternidad de 12 semanas pero un bebé de 3 meses de nacido sigue necesitando los cuidados de su madre. Rachel Larsen es una madre de dos que decidió romper el silencio y confesar su terrible experiencia cuando tuvo que regresar al trabajo.
“Me tomó cuatro años armarme de valor para compartir esta foto. La vergüenza que existe en torno a la decisión de criar una familia y trabajar a tiempo completo es real”, dijo Rachel.
Rachel trabaja como Directora de Operaciones de Productos en una empresa de educación en Salt Lake. Cuando dio a luz, aprovechó cada instante junto a su pequeña en casa durante las 12 semanas que dura el permiso de maternidad. Lamentablemente, estos días pasaron en un abrir y cerrar de ojos.
Cuando llegó el momento de regresar a la oficina, Rachel se encontró en el auto llorando completamente angustiada. No se sentía preparada y sabía que su bebé la necesitaba.
Durante las semanas de maternidad, Rachel recibió un pago que equivalía a un gran porcentaje de su salario, pero si quería tomarse más tiempo junto a su familia se arriesgaba a perder el importante ingreso que necesitaba para dar sustento a sus hijas.
“Como fuente de ingresos principal en la casa tuve que ignorar toda mi angustia, fingir una sonrisa e ir a trabajar”, explicó Rachel.
Lo más alarmante del asunto es que hay muchas personas que ni siquiera cuentan con la posibilidad de tomar un permiso remunerado después de dar a luz.
“Sé que soy privilegiada. Tengo un trabajo que amo y jefes maravillosos. Podía pagar una guardería en la que confiaba. Pero de todas maneras… No estaba lista”, confesó Rachel.
En medio de tanta angustia, Rachel jamás se quejó. No fue sino hasta un par de años después que decidió hablar sobre lo sucedido y quiere alzar la voz para crear conciencia sobre la necesidad de dar más tiempo a una madre con sus pequeños.
Todas merecen mucho más apoyo y no deberían tener que sentir que eligen entre su labor de madres y su vida profesional, la culpa les hace mucho daño, quienes tienen que trabajar lo hacen para sacar adelante a su familia y eso es digno de admirar.
Las palabras de Rachel no han tardado en tocar una tecla en miles de mujeres que comprenden muy bien su situación. Une tu voz y compártelas para crear conciencia.