Existen piscinas para adultos y piscinas para niños de poca profundidad, y está bien que así sea para su protección. También existen colchones inflables donde los pequeños saltan divirtiéndose sin ningún peligro.
Un trampolín elástico tiene el mismo principio, es divertido y no representa riesgos. Pero al niño George Dodworth no lo dejaron saltar en un trampolín elástico en un centro recreacional de Inglaterra por tener síndrome de Down.
El insólito hecho ocurrió en el parque Flip Out de Chatham, Inglaterra. Una madre llegó hasta el parque con su hijo de seis años y compró dos boletos para compartir un rato de alegría con su pequeño.
Se quitaron los zapatos y de pronto una de las empleadas del lugar dijo que el niño no podía subir al trampolín ¡por padecer síndrome de Down!
«Fue como un shock oír a alguien decir que debido a que mi hijo tenía síndrome de Down no podía hacer algo. Eso me golpeó verdaderamente porque siempre he sido una persona positiva y más con George. Lo trato como a cualquiera de mis otros hijos», dijo Gemma, la madre del niño.
La indignada mujer también explicó que siempre estimula a su hijo a realizar las actividades normales que haría cualquier niño de su edad. Dijo que el hecho de que George hubiera nacido con una alteración genética no lo convierte en un ser inválido.
Lo cierto es que al pequeño se le impidió jugar en el trampolín porque, según declaró la empresa Flip Out al periódico Metro, está prohibido el uso de las instalaciones a clientes con síndrome de Down que no presenten una autorización médica.
«La misma trabajadora del parque se sentía contrariada cuando me ordenó que no podía montar a mi hijo en el trampolín. Me dijo que la disculpara, pero que tenía las manos atadas.
Nos reembolsó los boletos y agregó que si traía un informe exhaustivo de un médico podría venir de nuevo y nos daría boletos gratis«, afirmó Gemma.
Para la madre, el personal que trabaja en el parque manejó la desagradable situación de la mejor manera. Al menos no fueron groseros. Lo que sí le parece inconcebible es la posición excluyente de la empresa.
La vocería de Flip Out ha publicado en su cuenta de Facebook un texto aclarando el incidente. Se basan en las pautas de la Asociación Británica de Gimnasia, organismo que regula las normas de trampolines y gimnasia, acerca de la atención a los clientes con síndrome de Down:
«Por la seguridad de los clientes con síndrome de Down, ya que pueden presentar inestabilidad dentro de las vértebras del cuello, se les pedirá un certificado de buena salud expedido por un médico internista o un pediatra. No discriminamos a nadie y damos la bienvenida a personas de todas las edades y discapacidades».
Aun cuando Flip Out aclarara su posición, a Gemma le sigue pareciendo un exabrupto el habérsele prohibido a su hijo una sana diversión, ya que otras veces habían concurrido al mismo lugar y no había sucedido nada.
En la sociedad de hoy persiste el trato desventajoso hacia personas con alguna discapacidad sea física o intelectual. Este error se convierte en un motivo más para que juntos sigamos luchando por la igualdad y dignificación de los seres humanos en general.
Vídeo ilustrativo de las instalaciones donde George quería jugar
Comparte esta preocupante historia con tus amigos y conocidos e invítalos a que investiguen acerca del síndrome de Down para estar bien informados y jamás discriminar en ninguna situación a las personas que hayan nacido con él.