No todos los días se ve un perro en una iglesia pero en el pequeño pueblo de San Donaci, Italia, es algo muy habitual.
Un pastor alemán de 7 años llamado Tommy no se ha perdido ni una sola misa desde hace dos meses y se sienta pacientemente cerca del altar, aceptado por el cura de la parroquia.
Tommy va a la iglesia por amor y fidelidad a su dueña, Maria Lochi, que falleció a sus 57 años de edad. Maria adoptó a Tommy cuando lo encontró abandonado en las calles cerca de su casa.
Tommy va todos los días a misa porque fue el último sitio donde vio a su dueña.
Su funeral se celebró en esta iglesia de San Domaci, Italia
Y ahora espera pacientemente cerca del altar a que María vuelva a buscarlo y se vayan juntos a casa.
El Padre Donato Panna comenta:«Está muy bien educado. No hace un sonido, yo no he escuchado un solo ladrido de él en todo el tiempo que ha estado entrando. Recientemente perdí a mi perro, así que no tuve el coraje de dejar a Tommy fuera.»
Tommy se ha ganado el corazón de toda la gente del pueblo, que lo alimentan y cuidan de él, como no podía ser de otra manera.
La fidelidad y la lealtad que tienen los perros hacia sus dueños es imposible de superar. Comparte esta insuperable historia de amor y lealtad.