Julia Hawkins ha dado una gran lección al mundo, después de que a su siglo de vida, 103 años para ser exactos, se ha convertido en la mujer más longeva en competir en una pista de atletismo en los Estados Unidos.
Julia, mejor conocida como «Hurricane» (Huracán), completó los saltos de 50 y 100 metros en los Juegos Nacionales para atletas senior, en Nuevo México.
La anciana, que vive en Louisiana, ya había conseguido su récord mundial en la categoría de 100 metros.
El lunes pasado acaba de repetir el doblete que ha tenido lugar en la última edición de los juegos, en Albuquerque; aunque no ha podido superar sus propias marcas, ha conseguido el oro tras completar la carrera a los 46.07 segundos.
“Estoy encantada de haber rendido tan bien, pero no llegué a mis marcas. No sé si es porque ya soy mayor, o quizás me pudo el ambiente“, comenta.
Ella dice que una combinación de cosas la han hecho llegar hasta dónde está ahora: la jardinería en su casa en Baton Rouge, hasta los desafíos que ella misma se ha impuesto y los derivados de las competencias.
«Me mantengo activa todo el tiempo. Tengo media hectárea de tierras , donde mantengo 30 arbustos de bonsai, algunos tienen 40 o 50 años. Eso me mantiene ocupada», asegura.
Julia relata que comenzó a andar en bicicleta de forma competitiva a sus 80 años, participando en los Juegos Olímpicos de la tercera edad. Cuando se convirtió en la única competidora en su división, sus hijos le sugirieron que intentara correr. Fue entonces cuando le gustó la idea de competir en la carrera de 100 metros, a los 100 años de edad.
Julia ha celebrado junto a sus compañeras de competencia de 50 metros lisos, algunas de ellas son mayores de 90 años.
Julia atribuye su gran estado físico y la buena condición de sus rodillas, espalda y caderas a los años de ciclismo, pero reconoce que «ahora los 103 años ya le empiezan a molestar un poco».
La anciana nació en febrero de 1916 y se graduó de la Universidad Estatal de Louisiana en 1938. Allí fue donde conoció a su futuro esposo, Murray Hawkins. Ella fue maestra durante un tiempo en Honduras mientras él servía en la Marina. Tras sobrevivir al bombardeo de Pearl Harbor, le pidió que se casara con él, con el que tuvo 4 hijos, 3 nietos y hasta algunos bisnietos.
Ella asegura que comer bien y no beber ni fumar le ha ayudado a su longevidad.
«Espero que esté inspirando al mundo para que deseen llevar una vida sana y para que se den cuenta de que todavía pueden estar haciéndolo a esta edad», es la meta de la adorable «Hurricane».
En su casa guarda todas las medallas de oro que ha acumulado a lo largo de los años. «Las guardo aquí y allá. Tengo unas cuantas. Mi esposo hizo una caja para que las guardara”.
Cuando le preguntan sobre sus planes para su próxima carrera, simplemente responde:
“Nunca se sabe. Cuando tienes 103 años, todos los días son un milagro”.
No te vayas sin compartir este grandioso testimonio de superación, para que la próxima vez te lo pienses dos veces antes de decir ¡No puedo!