Ninguno de nosotros sabe muy bien cómo reaccionará en medio de una situación de emergencia. Es muy probable que nos quedemos completamente en shock y no sepamos qué hacer. Sin embargo, hay muchas personas que tienen un verdadero instinto para ayudar a los demás y pueden convertirse en grandes héroes en el momento menos pensado.
Megan vive en la ciudad de Rockwall en Texas, Estados Unidos.
Hace un par de meses la escuela Celia Hays se encontraba celebrando el fin del año escolar. Todo parecía ir de maravilla y cuando todo se acabó los profesores comenzaron a ayudar a los chicos a formarse mientras se ubicaban en buses para el regreso a casa.
Megan está casada con un bombero por lo que sabe reaccionar ante las emergencias.
Sin embargo todo fue bruscamente interrumpido. La directora realizó un llamado urgente por el altavoz para indicar que todos debían acudir a resguardarse ya que un tornado se encontraba en la zona y podía amenazar la vida de los estudiantes.
Megan da clases en cuarto grado.
Megan Parson, una maestra, supo reaccionar muy bien. El protocolo de la escuela para estas situaciones es ubicar a los chicos en un enorme pasillo en el que no hay ventanas.
Una vez allí, todos se agachan en posición de tortuga y cubren sus cabezas y cuellos con sus manos. Cuando los pequeños ya se encontraban a salvo, alguien le informó a varios profesores que había muchos padres que se encontraban afuera en espera de sus hijos.
Megan tenía un hermoso kimono rojo que ondeaba con el viento y muchos comentaron que lucía como una heroína con su capa.
En medio de una situación tan alarmante lo más indicado era que los padres también entraran a resguardarse. Megan no lo dudó y salió a toda velocidad hacia afuera, completamente descalza para tratar de poner a todos los padres a salvo. Ese día se encontraba usando unos delicados zapatos de gamuza y no dudó en quitárselos para poder correr e intentar salvar a los padres de sus estudiantes.
“Todas las chicas saben que si los zapatos de gamuza se mojan quedan completamente arruinados”.
Cuando comienza a acercarse hacia los autos en donde estaban los padres, se da cuenta de que todos la miran de una manera muy extraña. Ella les explica uno a uno lo que está sucediendo y les pide que vayan rápido a la escuela.
Después de varios minutos descubre la verdadera razón de las extrañas miradas: todavía tenía en la cara un bigote falso que había utilizado mientras jugaba con los niños.
“Así que estoy descalza, en medio de la lluvia con un tornado literalmente detrás de mí cuando me doy cuenta de que me dejé un gracioso y enorme bigote negro en el rostro”.
Unas impactantes imágenes muestran lo cerca que se encontraba del peligroso tornado. Tomarse el tiempo para poder resguardar a tantas familias en medio de una situación tan alarmante demuestra el enorme corazón de Megan.
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