Esta historia nos invita a reflexionar sobre aprender como mujeres a amar y aceptar nuestro cuerpo con todas sus peculiaridades.
Todo comenzó cuando una fotógrafa que emprendía su negocio en esta rama llamada Victoria Caroline Haltom fue contratada por una mujer que quería una sesión de fotos sexy para regalársela a su marido por Navidad.
Victoria pensaba que su clienta se veía preciosa, pero ella le pidió que aplicara Photoshop en cada fotografía. Le pidió que eliminara su celulitis, estrías, manchas y arrugas.
Así fue y complaciendo su petición, Victoria editó cada foto según su prototipo de belleza y perfección. Le entregó su trabajo y ella estaba plenamente satisfecha pero después de Navidad, Victoria recibió un correo electrónico inesperado del esposo de su clienta.
El contenido del mensaje le pareció tan oportuno que decidió compartirlo en su perfil de Facebook con la esperanza de que contribuya con la disminución de esos altos estándares de belleza que afectan la autoestima y valor por lo natural. No existe un patrón para ser aceptados, quienes nos aman sabrán hacerlo tal y como somos y sin condiciones, porque lo que realmente importa es nuestra belleza interior. Esto dice el mensaje original:
El mensaje de su esposo decía: “Cuando abrí el álbum que me entregó mi mujer, mi corazón se hundió. Sus fotografías eran hermosas y estuve absolutamente convencido de que habían sido tomadas por un fotógrafo de mucho talento, pero esa que vi no se parece a mi esposa.
Ha hecho desaparecer cada uno de sus defectos y aunque estoy seguro de que hizo exactamente lo que ella le pidió, eso le quitó el sentido a todo lo que constituye nuestra vida. Porque al quitarle sus estrías se llevó las marcas que son un homenaje al nacimiento de mis hijos, cuando fueron eliminadas sus arrugas se fueron más de dos décadas de nuestras alegrías y preocupaciones.
Al borrar su celulitis, desapareció el recuerdo de hornear comidas deliciosas y todos los manjares que hemos disfrutado juntos en los últimos años. Pero al ver estas imágenes retocadas me di cuenta también que no le digo a mi esposa lo mucho que la amo, la acepto y la adoro tal y como ella es.
Mi esposa necesitaba escucharlo, por eso pensó que lo que yo quería era verla como en las fotos que me entregó. Así que tengo que mejorar y recordarle todos los días que es maravillosa, que agradezco y celebro su imperfección”.
¡Qué hermoso mensaje! Es muy importante valorarnos con total seguridad y amor. Sobre todo recordarle a nuestra pareja y a los seres que amamos que nos gustan tal como son.
Este mensaje vale la pena compartirlo con todos tus amigos, recuerda que lo más importante es esa belleza que tenemos dentro.