Flavio Ariel Mendoza es un bailarín, coreógrafo y director artístico argentino que se convirtió en padre a través de la gestación subrogada, Dionisio, su hijo de 2 años y medio ahora es reconocido como su héroe.
“Mi hijo me salvó la vida en esta cuarentena, sino la casa se habría prendido en fuego”, se refiere al colapso que sufrió durante el confinamiento cuando la crisis sanitaria de la pandemia llegó a Argentina desencadenando una económica como consecuencia de la suspensión de las actividades.
El director de teatro se vio afectado por la paralización de su negocio, tuvo que intentar buscar la forma de salir adelante ante las adversidades.
Comentó que considera injusto que el teatro no pueda reanudar sus operaciones. “Es injusto estar sin trabajar cuando ya hay tantas cosas abiertas. Es un caos. Si vienes al teatro a ver una obra de una hora y cuarto, sentado a dos metros de distancia de la otra persona, con mascarilla, con una sala desinfectada antes y después de cada función, sin que tengas que tocar nada, vas a ver que es mucho más seguro que ir a un supermercado”, relató.
Flavio ha sido el creador de reconocidos espectáculos como Stravaganza y Mahatma, ahora lucha por lograr que autoricen la reapertura del teatro.
“El virus existe, es real; pero tenemos que aprender a convivir porque no sabemos cuándo va a estar la vacuna, hay que empezar a ejecutar protocolos y ayudar al otro”, dijo Mendoza.
Para él ha sido muy duro enfrentarse a esta situación, dice que su hijo es lo único que le ha hecho mantenerse en pie.
Él está angustiado porque 280 familias dependen de su empresa, así que desde el confinamiento obligatorio el 20 de marzo ha sufrido días de mucho estrés.
“Diré la verdad, en esta cuarentena, él me salvó la vida. Yo creo que… no sé… hubiera prendido fuego en la casa o estaría con una camisa de fuerza porque tenía bajones, bajones, bajones, y la sonrisa y el ánimo de él hacía que todo el tiempo pudiera estar al 100”.
Confesó que su prioridad es la felicidad de su hijo: “Quiero que de verdad sea un niño feliz, que crezca feliz y que sea un hombre feliz. Y quiero dejarle un mundo mejor. Porque lo estamos haciendo tan mi**da, con tanta agresión de la gente… Es tan malo lo que estamos haciendo nosotros, los adultos, que me da vergüenza”.
Flavio desmiente lo que se ha repetido constantemente al inicio de la pandemia que afirma que esto nos hará mejores personas.
“No nos está haciendo mejores personas, está aflorando lo malo de cada uno. Dionisio va a ser mejor persona porque está creciendo en un ambiente muy sano, muy abierto. A los de nuestra generación no nos enseñaron a ser felices, y yo le estoy enseñando a mi hijo a ser feliz”.
“A mi hijo no lo puedo dejar en una caja de cristal. A él no lo traje para que sea un adorno, lo traje para ser mejor y para que sea una persona de bien”, dijo Flavio.
Nunca se cansa de decir que su pequeño lo ha salvado de lo peor mientras lidia con la ansiedad y la angustia de esta crisis sin precedentes.
Aunque muchos lo señalan, él con su testimonio quiere demostrar que el amor por un hijo todo lo puede. Compártelo.