Una familia de Michigan enfrentó uno de sus temores más grandes. Tras un inesperado accidente, el joven Michael Truitt se electrocutó al hacer contacto con un cable de alta tensión.
Su familia pensó que lo habían perdido para siempre, pero gracias a la insistencia de los médicos, Michael volvió a la vida después de haber pasado 20 minutos sin ninguno de sus signos vitales.
Michael vive en la ciudad de Livonia en Míchigan.
Cumpliendo con su rutina, Michael se encontraba en una casa realizando una serie de arreglos junto a su padrastro.
Sin comprender el enorme peligro que esto significaba, el joven tomó una escalera de metal y comenzó a trasladarla de un lugar a otro de la casa en el que había una serie de cables de alta tensión.
En el instante en que la escalera hizo contacto con uno de ellos, sufrió una enorme descarga.
La electricidad recorrió todo el cuerpo de Michael y salio por los dedos de su mano hacia el suelo.
La dueña de la casa actuó con rapidez y llamó al 911. Mientras llegaba la ayuda se acercó a Michael para realizarle animación cardio pulmunar pero nada parecía dar resultados.
Pasados cuatro minutos la ambulancia llegó y comprobaron que el estado del joven era sumamente alarmante. Durante todo el trayecto intentaron resucitarlo con el desfibrilador pero tampoco lograron traerlo de vuelta. Todos comenzaron a sospechar que sucedería lo peor.
“Si pasan cinco minutos el oxígeno deja de llegar a las células del cerebro”.
Una vez que llegó al hospital de Beaumont fue atendido por el Dr. Angel Chudler. Para muchos este podría haber sido un caso sin esperanzas. A pesar de que ya tenía los peores pronósticos en su contra, Chudler decidió que simplemente no se iba a rendir y animó al equipo médico a seguir luchando por la vida de Michael.
“Vi que era un hombre muy joven. Le dije a mi equipo que debíamos traerlo de vuelta. También le dije a él ‘Más te vale que regreses’”.
Continuaron utilizando desfibrilador incansablemente. Finalmente, pasados unos 20 minutos el joven abrió los ojos y volvió en sí. Su recuperación era prácticamente imposible, todos en la habitación estaban impactados y seguros de haber presenciado un verdadero milagro.
Había pasado mucho tiempo sin vida, así que el principal miedo de los especialistas era que sufriera daño cerebral.
“Cuando recobró la conciencia parecía Hulk. Agarraba los rieles y sacudía la cama con mucha fuerza”.
No hay duda de que Michael contó con un excelente equipo médico que no estaba dispuesto a dejarlo ir sin lucha por su vida. Además de lograr sobrevivir, no sufrió ningún daño cerebral y sólo tuvo una lesión en los dedos.
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