Las investigaciones científicas permiten descubrir los misterios que se esconden a través de la historia, para conocer nuestros antepasados, y encontrar la respuesta a problemas actuales.
Un equipo de científicos, liderizado por Wilfrid Rosendahl, paleontólogo alemán, quedó sorprendido cuando fue descubierta una momia del maestro budista llamado Liuquan, dentro de una estatua cuando fue examinada por una tomografía computarizada.
La momia estaba dentro de una de las cavidades de la estatua de Buda de mil años de China y corresponde a un monje que se presume que murió mientras meditaba porque fue encontrada sentada.
No se conoce la fecha en que la estatua salió de China. Todo este descubrimiento sucedió cuando un comprador privado llevó la estatua a un experto para su restauración.
Inicialmente los investigadores pensaron que la momia tenía tejido pulmonar, pero lo que encontraron fue pedazos de papel cubiertos con caracteres chinos, comentó Vincent van Vilsteren, el curador del Drents Museum. Quedó confirmado que los órganos de la momia habían desaparecido.
El proceso de momificación queda inmerso en un misterio. Estiman que pudo haber pasado por esta práctica popular en Japón, China, Tailandia hace más de 1.000 años. Tras el deterioro de los restos pudieron haber sido colocados dentro de la estatua.
La auto-momificación no es una práctica extraña para los investigadores, pero descubrir a un monje momificado dentro de una estatua sí resulta algo sorprendente.
Es el único caso conocido en el mundo. No se trata solo de un esqueleto, sino de un cuerpo sentado en la posición de loto y perfectamente conservado con su piel y músculos de una persona con una edad que oscila entre los 30 y 50 años.
Los investigadores sospechan que esta momia fue expuesta y adorada en un templo budista en China durante los primeros 200 años, comenta Vincent.
Se presume que este monje murió en el proceso de auto-momificación. Lo más probable es que durante las últimas semanas habría disminuido su ingesta de alimentos y solo se mantuvo con agua. Lo que causó un trance y habría dejado de respirar. De ser así, murió de hambre, comenta Wilfrid.
El resto de los monjes lo habrían colocado cerca del fuego para secarlo y posteriormente exhibirlo en el monasterio en algún lugar de China o el Tíbet. Donde habría permanecido sentado por 200 años.
Los monjes al darse cuenta de que necesitaba un poco de mantenimiento para seguir preservándolo lo colocaron dentro de la estatua.
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