El médico psiquiatra de 33 años, Danilo David Santos Silva, solía hacer absolutamente todo por el bienestar de sus pacientes. Este hombre era del tipo de profesional que no se limita a la hora de ayudar y estaba siempre dispuesto a servir sin importar horario o condiciones. Por esa razón, su muerte ha simbolizado para muchos una demostración de su gran vocación.
Danilo Santos era de Belém, capital del estado de Pará en Brasil, pero trabajaba en Río de Janeiro.
Un mensaje desgarrador pero a su vez revelador dejó claro cuál era el verdadero espíritu de este hombre, quien no dudó en exponer su vida para ayudar a desconocidos que luchaban contra el COVID-19, sin imaginar que él mismo podría ser uno de ellos.
“Mis pacientes me necesitan, tan pronto como pueda saldré, la próxima semana tengo que ir y salvar a la gente. Miro a este lado y creo que podría estar del otro lado ayudando”, escribió Danilo en un mensaje de texto a un amigo.
Pero el deseo de este profesional no se pudo realizar, pues sólo un día después de enviar ese mensaje el médico sería entubado para ayudarlo a respirar. Pese a que sus colegas hicieron todo lo que pudieron, Danilo murió el 10 de mayo en el Hospital Escola de Valença, el mismo en el que trabajaba.
Este profesional, hijo de una madre manicurista y padre vidriero, supo desde muy temprana edad a qué quería dedicar su vida. A los 16 años fue aceptado en tres universidades para estudiar Enfermería, Ciencias Biológicas e Ingeniería Ambiental.
El joven ingresó a la escuela de Enfermería pero su sueño era la Medicina, así que dos años más tarde aplicó para la prueba de ingreso en la Universidad Estatal de Pará (UEPA).
Hasta el último momento, su historia fue reflejo de la entrega que sentía hacia su profesión.
Cuatro días antes de mostrar los primeros síntomas del virus mortal, Danilo atendió a tres pacientes infectados por COVID-19 en la UPA, donde también estaba de guardia en la sala de emergencias, en el barrio de Tijuca, en Río de Janeiro.
Este doctor deja a su esposo, Gilberto, su madre, Francisca, su padre, David, su hermana, Daniele, y su sobrina, Sophia, de quien estaba enamorado. «Él fue una estrella en mi vida y siempre lo será», dijo la madre.
Danilo Santos es sin duda un gran ejemplo de superación y durante su vida mostró su gran interés por servir a los demás.
A través de la medicina, este hombre encontró su verdadera vocación y pese a provenir de una familia humilde nunca dejó de lado su sueño. Ahora esta terrible enfermedad ha apagado su espíritu servidor y se suma a la lista de casi 15.000 vidas que ha cobrado el COVID-19 en Brasil.
Nuestros héroes están dando sus vidas por salvar a extraños y merecen el reconocimiento y oraciones de todos, comparte esta lamentable noticia y eleva una petición al cielo por el descanso de Danilo.