En la India es común encontrar pequeños primates en la calle, conviviendo con los lugareños sin que se sientan amenazados. Estos simpáticos animales se consideran sagrados debido a la ideología hinduista que prevalece en la región y son venerados como representantes del dios mono Hanuman.
La leyenda cuenta que un ejército de monos ayudó a rescatar a Sita, la esposa del dios Rama, de las garras de un rey demonio. Sus caras y extremidades negras, recuerdan las quemaduras que sufrió Hanuman durante la batalla.
Por ello, los monos se mueven libremente por toda la India y nunca les falta comida, ya sea regalada o robada. No obstante, su vida no es del todo sencilla y más de la mitad muere por enfermedades o ataques de depredadores, pero los supervivientes pueden llegar a vivir hasta 40 años.
En Nueva Delhi adiestran a los monos para que ahuyenten a los agresivos animales salvajes que pueden invadir espacios públicos y causar daños. Sin embargo, algunas otras personas ven a estos monos simplemente como una amenaza, ya que en ocasiones han llegado a ocurrir incidentes de bebés robados por monos, que no siempre terminan bien.
Un caso que se hizo viral ocurrió en Haryana cuando un travieso primate secuestró de su casa a un inocente niño de apenas dos años de edad para llevarlo a jugar.
Afortunadamente para el niño, unos vecinos del lugar se percataron de lo que estaba sucediendo y acudieron a su rescate para evitar que el bebé resultara herido.
Se puede ver al mono y al bebé sentados, jugando en la calle de un barrio de Haryana mientras el animalito intenta quitar algo del cabello del niño. Sin dudarlo, una mujer se acercó e intentó negociar con el travieso animal, sin éxito alguno.
“¿De dónde sacaste al bebé? Déjame llevarlo a casa”, suplicaba la mujer.
El mono se aferró al niño, que es demasiado joven para darse cuenta de lo que está pasando, y se negó a dejar que la mujer se lo llevara, apretando a su compañero de juegos en un tierno abrazo.
La mujer siguió intentando persuadir al primate de que soltara al niño. Al final, el pequeño fue liberado y el hecho no pasó de ser una travesura más.
Uno de los vecinos grabó todo lo sucedido con su teléfono mientras los demás permanecían alertas en caso de que algo saliera mal:
Este pequeño logró salir ileso de su tarde de juegos poco común, pero otros no han tenido la misma suerte y han terminado desaparecidos o han perdido la vida después de haber sido secuestrados por los traviesos monos, quienes naturalmente no comprenden que son seres indefensos y frágiles.
Anécdotas como estas suceden frecuentemente en lugares en los que se conviven con animales debido a que hemos invadido el lugar que les pertenece. Es preciso no descuidar a los más pequeños, y al mismo tiempo cuidar de la naturaleza.
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