Un bebé de siete meses ha fallecido en Beveren, Bélgica. Lucas pesaba 4 kilos con tan sólo siete meses de vida debido a la dieta sin gluten que le administraron sus padres. Alimentaron al pequeño con leche de quinoa, sin haber consultado con ningún médico previamente.
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Las dietas sin gluten son una tendencia. Los alimentos que carecen de esta sustancia formada por proteínas se presentan como sanos y lo cierto es que lo son, pero sólo para ciertas personas: los celiacos, que son intolerantes al compuesto. Para el resto de las personas los alimentos sin gluten no resultan necesarios y, en algunos casos, tampoco se recomiendan. Existen algunos estudios científicos que llevan un tiempo alertando sobre los peligros de seguir una dieta de estas características.
La dieta baja en gluten ya se ha cobrado varias víctimas. Es el caso de Lucas, fallecido hace más de 2 años. La noticia ha saltado ahora a los medios belgas porque este martes comenzó el juicio contra los progenitores.
El bebé fue alimentado con leche de quinoa y productos sin gluten por decisión de sus padres. Murió y ahora ambos están siendo juzgados.
Sus padres son dueños de una tienda de comida natural y la dieta provocó la brutal pérdida de peso del bebé, que era mucho menor de lo recomendado. La autopsia reveló que el estómago del pequeño estaba vacío.
En el juicio se acusa a los padres por la muerte de su hijo al alimentarlo de forma inadecuada, ya que «los padres le autodiagnosticaron intolerancia a la lactosa y al gluten», según comenta el fiscal, quien añade que «ningún doctor tiene un informe sobre Lucas y los servicios de protección infantil no sabían nada sobre el tema».
En vez de llevarle a un médico tradicional, los padres decidieron acudir a la homeopatía.
«Nunca llevamos a Lucas a un médico porque no notamos nada inusual», explica el padre de Lucas, Peter. Mientras, su madre Sandrina añadía entre lágrimas:
«A veces ganaba un poco de peso y otras veces lo perdía. Nunca fue nuestro deseo la muerte de nuestro hijo».
Los días anteriores a su muerte, el bebé no paraba de llorar, pero los padres nunca pensaron en buscar atención médica.
Según la abogada de los padres, «Lucas tenía un probrema alimenticio, ya que le dieron una vez leche de vaca y el niño no la quiso. Le dieron calambres cuando fue alimentado con leche normal y buscaron otras opciones, como diferentes tipos de leche o productos sustitutos, como leche de avena, de arroz, de trigo sarraceno, de sémola y de quinoa, productos que se vendían en su tienda».
Esto equivale a negar intencionalmente los alimentos al bebé
Se pudo conocer que encontraron una tarjeta con una oración dentro del pañal del pequeño.
Elisabeth De Greef, una gastroenteróloga infantil, explica que la leche de quinoa no contiene las proteínas, los minerales y las vitaminas necesarias para los niños, por lo que rechaza rotundamente la recomendación de su uso. La sentencia de este juicio se anunciará el próximo 14 de junio.
Parece increíble que en la actualidad la irresponsabilidad y desconocimiento de unos padres pueda cobrarse la vida de un pequeño indefenso de siete meses.
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