El coronavirus es una enfermedad tan brutal que ha arrasado con todo a su paso, sobre todo con el corazón de personas de avanzada edad que no cuentan con nadie a su lado que les ayude a sobrevivir y acompañar en estos tiempos tan inciertos.
Tristemente, un anciano sin ningún ser querido que pudiera cuidar de él terminó perdiendo la vida, después de aislarse durante días en su casa sin alimento y salir a las calles a pedir ayuda desesperadamente.
Un desvalido anciano pensionado, de 73 años de edad, pasó sin comer una semana debido a que se aisló a sí mismo porque pensó que tenía coronavirus. Afortunadamente, se encontró a un ángel en su camino que estuvo a su lado en sus últimos instantes con vida.
Lucy Duncan, una enfermera de salud mental de Inglaterra, conducía a su casa después de su turno el jueves pasado cuando un automóvil chocó contra el suyo inesperadamente.
Dentro del automóvil se encontraba el anciano, quien quería decirle que estaba enfermo de coronavirus y que había estado aislado solo en casa durante más de una semana, sin comida.
“El hombre pidió mi ayuda, con gotas de sudor rodando por su rostro. Había intentado conducir para conseguir algo de comida, ya que sabía que moriría sin ello, dijo que no confiaba en otras personas ya que hay muchas personas horribles en el mundo”, dijo la enfermera.
El anciano no tenía nadie a quien acudir para pedir ayuda, así que la enfermera de 24 años llamó a una ambulancia para que lo asistieran y lo siguió desde su automóvil. Al llegar al hospital, se quedó con él y trató de consolarlo.
Lo acompañó durante más de 5 horas, sin importarle que debía volver al trabajo y que tenía planes con su familia; lo sujetaba fuertemente de las manos para hacerlo sentir seguro. Pero la salud del ancianito se complicó y el personal del hospital le pidió retirarse para poder darle un tratamiento mejor.
Antes de marcharse, la enfermera dejó sus datos de contacto al personal del hospital para que pudieran contactarla cuando estuviese mejor su nuevo amigo y él le prometió que al recuperarse saldrían a tomar un café. No obstante, muy pronto Lucy recibió una triste noticia.
El hospital se comunicó con Lucy para hacerle saber que el ancianito había perdido la vida. Por supuesto, la joven se entristeció, pero agradeció poder conocer a alguien tan especial y hacer de su partida algo mejor.
“Es realmente triste, pero sé que logré darle la ayuda que necesitaba. Sé que mejoré la forma en que murió porque podría haber estado en su departamento y no haber sido encontrado durante días, o más tiempo.
Era una persona absolutamente increíble y estoy muy feliz de haber sido parte de su vida”, señaló Lucy.
Tras la triste partida, Lucy se puso en aislamiento hasta saber si su inesperado amigo era efectivamente portador del coronavirus, o no. Se mantiene alejada de su mamá, que también es enfermera, y de su hermano, pero asegura que su familia ha estado al tanto de todo lo que necesita, contrario a lo que vivió el ancianito.
Hay muchas personas desamparadas que necesitan más ayuda que nunca ante la llegada del coronavirus, abramos nuestros corazones a ellos y demos una mano amiga a todo aquel que lo requiera.
Recuerda que todos podemos ayudar, solo abre tu corazón. No te vayas sin compartir esta emotiva historia que nos hace derramar una lágrima de compasión.