Cada ciudad tiene sus propios personajes. Los artistas callejeros, los vendedores de dulces y paletas… todo un sin fin de personitas que hacen el paisaje más humano. Como el caso de Don Fidencio, el viejecito más querido por los habitantes de Chicago, Illinois en Estados Unidos, cuya historia te narramos en 2016.
Don Fidencio llegó a Estados Unidos con la esperanza de un futuro mejor
Don Fidencio fue muy conocido hace algunos años, puesto que se hizo famoso a través de una publicación en redes sociales realizada por el joven Joel Cervantes, quien hizo una petición de apoyo para el abuelito que en ese entonces contaba con 89 años.
Trabajaba para cuidar de su amada esposa
La solicitud era muy significativa puesto que Don Fidencio, en esa edad tan avanzada, se dedicaba a vender paletas por toda la ciudad, tanto así que se hizo famoso su carrito que llevaba por nombre “Paletas Poncho”. ¿De qué trataba dicha campaña?
Joel, a través de la plataforma GoFoundMe, pidió donaciones en redes sociales para garantizarle a Don Fidencio una jubilación digna.
Cual no sería la sorpresa de Don Fidencio y su familia. La respuesta fue abrumadora, recibió nada más y nada menos que una donación de 380 mil dólares por el apoyo recibido de más de 17 mil personas de cerca de 60 países en todo el mundo.
Lamentablemente, el pasado 6 de noviembre, recibimos la triste noticia de la partida de Don Fidencio a sus 92 años, quien afortunadamente disfrutó por tres años de su jubilación, además, pudo comprar una camioneta para visitar a sus familiares en Kansas y también ayudó a pagar el colegio de sus nietos.
Todos se unieron para ayudarlo
Don Fidencio no solo recibió ayuda por parte de Joel para ser apoyado económicamente, sino que también recibió asesoría financiera del joven. Ese dinero debía ser sabiamente administrado y así sucedió.
“Al menos pudo disfrutar de su jubilación durante 3 años. Qué buena respuesta tuvo de todas las personas, siempre hay gente que está dispuesta a prestar su ayuda después de todo”, comentó una internauta.
Los últimos días de Don Fidencio fueron junto a su esposa y el resto de su familia en el sector La Villita, en Chicago. Es donde tuvo la dicha de vivir tranquilamente sus últimos días gracias al apoyo y la solidaridad de todas las personas que prestaron atención al llamado.
Es una fuente de inspiración
“Qué bonita historia, es de esas cosas que nos recuerda todo lo que podemos hacer si nos apoyamos entre todos”, mencionó emocionada otra internauta.
Su historia prevalecerá por siempre en nuestra memoria