Giuseppe Berardelli, sacerdote de Lombardía, la región de Italia más afectada con coronavirus murió tras cederle su respirador a un joven paciente de COVID-19.
El sacerdote, conocido como “el cura de la moto”, donó el respirador que sus feligreses le compraron a un paciente más joven. Sus feligreses lo recuerdan sobre la moto Guzzi Galletto de color rojo transitando en su comunidad.
«Le encantaba su moto y cuando lo veíamos pasar, siempre estaba alegre», dijo uno de sus vecinos.
Según los medios de comunicación italianos, el cura de 72 años falleció en un hospital días después de ser ingresado y diagnosticado con coronavirus.
Ante la emergencia sanitaria en la que muchos pacientes mayores de 75 años se han visto afectados en Italia por la escasez de respiradores, los feligreses del cura le compraron uno para que en caso de ser infectado con el virus pudiera ser tratado en la Unidad de Cuidados Intensivos y sobrevivir a las complicaciones que causa la enfermedad en el sistema respiratorio.
Pero Berardelli decidió desprenderse del respirador para ofrecerlo a un paciente joven que no conocía, pero luchaba contra el coronavirus sin tener ese importante recurso que puede determinar el pronóstico.
El cura fue diagnosticado con coronavirus y no logró vencer la enfermedad que afectó gravemente sus pulmones.
El alcalde de Casnigo, Giuseppe Imberti, confirmó la noticia y dijo en un comunicado: “El cura Giuseppe Berardelli era una persona sencilla y directa, dispuesto a ofrecer ayuda y amabilidad a todos, creyentes y no creyentes. Su saludo siempre era ‘paz y bien’”.
Resaltó que siempre estaba disponible para ayudar a la administración pública y asociaciones no solamente de la parroquia, no discriminaba al momento de tener actos de solidaridad.
“Era querido por todos, sus antiguos feligreses venían de Fiorano después de años para localizarlo. El cura tenía una capacidad increíble para resolver problemas económicos, siempre acudía a llamar las puertas correctas en busca de ayuda”, agregó el alcalde.
El cura nació en 1947 en Fonteno, una localidad de Bérgamo, en Lombardía, fue ordenado como sacerdote en 1973 y durante sus años de ministerio se dedicó a ser párroco de varios pueblos de la región.
En el año 2006, el sacerdote fue nombrado arcipreste de Casnigo, emprendió entonces un proyecto de renovación del oratorio local dedicado a San Juan Bosco y San Juan Pablo II.
El sacerdote Giuseppe Berardelli murió en la madrugada del pasado 15 al 16 de marzo después de ser diagnosticado con coronavirus. No tenían respirador disponible para él en el hospital, y el cura decidió donar el suyo de forma altruista y anónima para un paciente más joven.
A pesar de que en Italia parecen haber disminuido los fallecidos por el coronavirus, se han reportado más de 6 mil muertes por esta causa.