De los países más ferozmente asediados por la pandemia de coronavirus, Italia destaca como uno de los más afectados. Desde principios de este año 2020, hasta hoy, la región alcanzó casi un millón y medio de contagios. La economía del país ha decaído considerablemente y muchos ciudadanos se encuentran actualmente desempleados.
Sin embargo, a pesar de las malas noticias, existen héroes sin capa dispuestos a dar lo mejor de sí para ayudar a los demás. Uno de tantos fue Gianni Barnardinello, un extraordinario panadero y mejor ser humano de 76 años de edad.
Oriundo de Beccaria, un apacible pueblecito cercano a Milán, desde 1989 se ha dedicado a trabajar en la panadería propiedad de su familia. A pesar de que no sabía nada sobre el pan o cómo hornearlo, su facilidad para aprender y su dedicación al servir a sus clientes le granjeó una gran popularidad en la zona.
La panadería Berni, como la renombró Gianni, nunca cerró sus puertas durante la contingencia, ni siquiera en los días más críticos. Diariamente, el señor Bernardinello acudía a su negocio y horneaba todo tipo de pan, no solo para la venta, sino pensando en todos aquellos infortunadosque se han quedado sin sustento.
De esta manera, comenzó a ayudar a los más necesitados colocando canastas llenas de panecillos afuera de su negocio con un letrero donde se puede leer una frase maravillosa, que demuestra que este hombre se merece el cielo entero.
“Para dar una mano a los necesitados, sírvase usted mismo y piense en los demás también”, dice el letrero.
A pesar de que sus hijas, Samuela y Patrizia le pedían que no saliera de casa y cumpliera la cuarentena, Gianni siempre se negó. El hombre dejaba de día y de noche con amor sus creaciones recién salidas del horno, visiblemente preocupado por los que menos tienen.
Él sabía que, si dejaba de hacerlo tan solo un día, mucha gente se quedaría con el estómago vacío. Así que horneó y horneó sin parar para alimentar a sus vecinos más necesitados del barrio, hasta que, desafortunadamente se contagió de COVID-19.
Cuando supo su diagnóstico en los últimos días del mes de octubre, Gianni no perdió la esperanza de salir pronto de su trance y regresar a trabajar. Sin embargo, debido a su edad y otras complicaciones, perdió la batalla y se nos fue de este plano el pasado 09 de noviembre.
“Dejó un gran vacío en nuestra familia y en la comunidad toda que le quería como a un padre” dijo Samuela, una de sus hijas.
Ahora es ella misma quien se hace cargo del negocio. Todaslas personas del barrio agradecen lo que hizo su padre durante todo el año, pues si no hubiera sido por su bondad y amabilidad, muchos de ellos no hubieran tenido ni un mendrugo de pan qué llevarse a la boca.
Comparte esta hermosa historia de bondad y altruismo con tus seres más queridos. Donde quiera que te encuentres, Gianni, en nombre de todos, te damos las gracias por pensar en los más necesitados en momentos tan difíciles como los que vivimos.