Si hay algo reconfortante en el mundo esa es la sincera y gran sonrisa de un niño. Sin embargo, no todos tienen la fortuna de vivir con plena salud y algunos de ellos se convierten en verdaderos guerreros que se aferran a no renunciar a sus sueños.
Enfermó repentinamente
Esto fue lo que demostró una hermosa niña brasileña, llamada Gabriela Romanoski de Andrade, de tan solo 10 años de edad, a quien la vida sorprendió con una severa afección cardiaca el pasado mes de octubre.
Debido a su repentina enfermedad, la pequeña tuvo que permanecer en las instalaciones del Hospital Pequeno Príncipe en espera de un trasplante de corazón, en la ciudad de Paraná. Pero nada impidió que dejara de soñar.
Con el paso de los días, la pequeña Gabriela comenzó a tener una sola idea en la mente: cumplir el sueño de realizar su Primera Comunión y poder celebrar junto a sus seres queridos. El personal del hospital le tomó gran aprecio y decidió hacer todo lo posible para que pudiera hacer su anhelo realidad.
Fue durante el mismo mes de octubre que la capilla del hospital fue decorada con globos amarillos y blancos; mientras que Gabriela lucía increíblemente linda con un vestido blanco y flores sobre su cabello, aguardando el momento de recibir la hostia del sacerdote.
Ese mágico momento hizo recobrar las energías a la pequeña y tener fe en que algún día recibiría su trasplante para poder volver a jugar como cualquier otro niño.
«Pensé que era realmente genial, porque incluso si donan mi cuerpo pueden ayudar a otras vidas. Vi que la gente se preocupa por mí», dijo la niña al hacer su Primera Comunión.
Pese a la momentánea felicidad que vivía Gabriela, la miocardiopatía que le detectaron, una enfermedad que provoca cambios en el músculo cardíaco e impide que el corazón funcione correctamente, no dio tregua alguna.
El pasado 08 de noviembre, el hospital informó del fallecimiento de la hermosa Gabriela, quien hizo todo por mantenerse con vida, pero no lo logró y dio su último suspiro durante la madrugada a causa de complicaciones de la enfermedad.
Gabriela fue sepultada en la región de Ponta Grossa, un día después de su fallecimiento, pero nadie olvidará su energía y hermosa sonrisa. ¡Vuela alto princesa!
Tan solo en la zona de Paraná, la espera de personas por un trasplante es de 1.7 mil, siendo el trasplante de corazón el más difícil de lograr. Esperamos que muy pronto esta situación sea solucionada y que ningún niño tenga que dejar de jugar.
Pudo cumplir su sueño
Muchas personas se encuentran luchando por su vida, esperando un milagro. No te vayas sin compartir y ayuda a fomentar la donación de órganos.