La pandemia tomó por sorpresa a más de uno y para nadie es un secreto que en muchos países los recursos de protección para el personal que atiende a los infectados han escaseado.
Sin embargo, esta no ha sido una limitante para algunos médicos y enfermeros que exponen sus propias vidas para salvar la de cientos de extraños.
Un acto heroico de este tipo le ha costado la vida a Celia Lardizabal Marcos, una enfermera de 61 años que murió semanas después de haber tratado a un paciente con COVID-19 sin usar los equipos de protección individual necesarios.
Marcos fue diagnosticada con COVID-19 dos semanas después de haber intentado resucitar a un paciente “código azul” infectado del virus mortal.
En el momento en que la enfermera estaba dando el tratamiento para salvar vidas, llevaba sólo una máscara quirúrgica y no era la máscara N95 que ofrece al personal médico mayor protección en estos casos.
La mujer que trabajaba en el Centro Médico Presbiteriano de Hollywood falleció el pasado 17 de abril y su caso ha puesto en evidencia los problemas constantes a los cuales se han enfrentado el personal de salud que lucha por controlar la pandemia.
Frente a esta situación, el sindicato de enfermeras SEIU 121 también ha presentado una queja ante la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional del estado por considerar que la muerte es el resultado de un equipo de protección inadecuado provisto al personal del hospital.
«Celia fue llamada a una sala de aislamiento de COVID-19 mientras usaba sólo una máscara quirúrgica, sin la bata, el protector facial y los botines N95 necesarios que su hospital debería haberle dado para su protección. Ahora sabemos que ella dio su vida para tratar de salvar una vida», dijo la presidenta de SEIU 121, Nina Wells.
Por su parte, los directivos del hospital insisten en que las enfermeras que responden a un código azul son debidamente equipadas con sus trajes de protección.
«A pesar de estos esfuerzos y nuestro compromiso de seguir todas las pautas, hoy perdimos a una de nosotros por este terrible virus, y sentimos esta pérdida profundamente», dijeron los funcionarios presbiterianos de Hollywood en un comunicado.
Durante el incidente en el cual la enfermera pudo haberse contagiado, un paciente con COVID-19 había dejado de respirar y Marcos lo atendió sin el equipo adecuado.
La mujer llevó a cabo compresiones torácicas e intubó al paciente, así que es evidente que corrió el riesgo de que partículas peligrosas hayan caído en su cara y ropa, exponiéndola a contraer la enfermedad.
Catorce días después de llevar a cabo el tratamiento que le salvó la vida a esa persona, la enfermera que había trabajado desde el 2004 en el hospital terminó por perder la batalla silenciosa contra la enfermedad.
Marco no mostró síntomas y en sólo dos días se derrumbó, según señaló su hijo John Marcos
«Fue desgarrador. Ella falleció sola, sin familia a su lado. La ingresaron en el hospital en el que trabajaba, por lo que al menos había compañeros de trabajo que la conocían. Ella sabía que la necesitaban y eso era todo lo que necesitaba como razón», dijo Marco.
Sin duda esta mujer falleció como toda una heroína y por esa razón sus compañeros y familiares la han honrado su memoria.
Para muchos se trata de una muerte injustificada que pudo haberse evitado y por eso día posteriores a su fallecimiento, sus colegas han comenzado a exigir mejores condiciones laborales.
«Es difícil incluso comprender que Celia se ha ido. Todavía pienso en ella como si estuviera de vacaciones. Es más fácil que tener que perder a alguien», dijo una enfermera.
Aunque Celia era sólo una enfermera regular hizo un gran sacrificio, el último que terminó por costarle la vida. Ahora, sus conocidos se han unido para ayudar a la familia con los gastos del funeral de esta increíble mujer a través de una campaña de GoFundMe.
Es importante que estos casos se denuncien y el sistema les ofrezca mejores condiciones a todos estos héroes ¡Alcemos la voz por todos estos héroes, comparte esta noticia y envíale tus condolencias a la familia!