Cuando una familia de bajos recursos necesita ayuda para un ser querido que requiere atención médica, recurren a las colectas de dinero. Muchas personas desconfían de este tipo de medidas.
Un padre brasileño afianza estas dudas con su comportamiento, por el abusivo uso que hizo del dinero recogido para tratar la enfermedad letal de su pequeño hijo.
Joao Miguel, de 1 año y 10 meses, nació con una patología de carácter degenerativo conocida como atrofia muscular espinal. Se trata de una enfermedad genética que ataca las neuronas ubicadas en la médula espinal.
En la medida que los músculos van perdiendo neuronas, se debilitan, y la persona pierde a su vez la capacidad de caminar, respirar, tragar, y el control del cuello y la cabeza. Es necesaria atención médica especializada y medicamentos costosos.
Pero, Mateus Leroy Alves de 37 años, padre del niño, no tenía el dinero para cubrir los gastos médicos. El resto de la familia tampoco contaba con los recursos económicos.
Todo el mundo quería ayudarlo
En vista de eso, los padres decidieron realizar algunas colectas de dinero. Era urgente comprarle al niño un medicamento que costaba 70.000 dólares.
El caso de Joao Miguel fue conocido en todo Brasil, y es impresionante cómo la gente apoyó su causa. La comunidad entera colaboró, la Policía Civil y el Gobierno hicieron una campaña a beneficio de Joao, hasta un maratón se realizó en el estado de Minas de Gerais para recolectar fondos.
El niño luchaba por mantenerse con vida
El dinero fue recogido en su totalidad, pero algo inimaginable ocurrió, el padre del niño tomó todo lo recabado y huyó. La madre hizo la denuncia y de inmediato las autoridades iniciaron una investigación.
Los entes judiciales encontraron al hombre en un hotel en Bahía. Fue privado de su libertad acusado de malversación y apropiación indebida de objetos de valor de una persona con discapacidad, abandono material y denuncia falsa de delitos.
Su padre disfrutaba a lo grande
Los comentarios en las redes sociales corrieron de inmediato, todos estaban desconcertados con lo ocurrido.
“Esa persona cargará con eso toda su vida y nunca estará en paz, no se le puede llamar padre a alguien que no pone en primer lugar a sus hijos”, comentó un usuario.
También se supo que pensaba montar un prostíbulo en Salvador, una localidad de Brasil. Se dio la gran vida comprando ropa costosa, hizo viajes, se dio una gran cantidad de lujos.
Después del detestable hecho, la policía continuó solicitando apoyo económico para ayudar en el tratamiento del chiquillo. Pero nada más se pudo hacer, tres meses después de lo sucedido, el pequeño Joao Miguel falleció.
El hecho ha causado indignación