Cuando se es padre no hay nada más hermoso que la sonrisa de un hijo, pero siempre se debe estar pendiente de cualquier gesto fuera de lo normal.
Tal como aprendieron unos padres que perdieron a su hijo de solo 4 años, después de que una sonrisa torcida les hiciera saber que algo estaba muy mal con la salud del pequeño.
Cuando la sonrisa de Jack Lacey, un bebé de solo 3 años de edad y brillantes ojos azules, se volvió adorablemente «torcida» a principios del 2019, sus padres pensaron que solo estaba imitando a otra persona. Sin embargo, esa fue la señal de un tumor mortal.
Poco tiempo después los padres de Jack, Wesley Lacey y Rebecca Oldham, de Sheffield, Inglaterra, quedaron aterrados cuando el bebé comenzó a tener un parpadeo nervioso y pesadillas nocturnas, sumado a que empezó a colocar las manos delante de él para desplazarse.
Cuando por fin acudieron al médico preocupados por lo que estaba sucediendo, una tomografía confirmó que Jack tenía un cáncer cerebral terminal llamado glioma pontino difuso (DPG).
Tan mortal que menos del 10% de los niños diagnosticados con tal enfermedad logran sobrevivir dos años.
El tumor de Jack era inoperable, debido a que estaba creciendo en una parte inaccesible de su cerebro. Así que, durante los siguientes 11 meses, tuvo que soportar radiación agresiva y quimioterapia en el Hospital Weston Park de Sheffield, en un intento desesperado por reducir el crecimiento del tumor.
Pero, a medida que se agotaba la esperanza, sus padres decidieron poner en pausa su rutina para darle a su pequeño la mejor vida posible y cumplir su lista de deseos. Crearon una página en GoFundMe y cientos de personas de todo el mundo se sumaron a la noble causa.
“Este último año hemos vivido una vida loca. Ha sido una vida sin límites. Jack ha hecho más en los últimos 11 meses que la mayoría de los adultos en toda su vida”, dijo el devastado padre.
Reunieron más de 54 mil dólares para Jack
Jack falleció en brazos de su padre el pasado 10 de febrero, dejando un gran vacío en los corazones de su familia y en las cientos de personas que conocieron su historia de lucha y valentía.
Tras la devastadora pérdida, los padres desean alertar a los demás, para que nunca pasen por alto ninguna señal extraña en sus hijos.
“Estamos viviendo un infierno. En realidad, no podemos creer que se haya ido. El mensaje que les daría a otros padres es que revisen a sus hijos por todo, no importa cuán pequeño parezca un síntoma extraño», clama el padre de Jack.
Incluso durante sus últimos instantes con vida, Jack se mostró fuerte y lleno de alegría. Intentaba jugar con sus padres, mientras veía las fotografías de todas sus aventuras. Sin duda es el más valiente de todos los angelitos en el cielo. ¡Vuela alto pequeño Jack!
Comparte esta emotiva historia con todos tus amigos y no dudes en acudir al médico ante cualquier señal de alerta en la salud de tus bebés.