Los profesionales de la salud tienen una gran responsabilidad, cualquier error en su labor puede tener consecuencias fatales para la vida de los pacientes. Por eso es tan importante que sigan el protocolo de seguridad en cada procedimiento que ejecuten para evitar en lo posible cualquier falla humana.
Además, la verificación de terceros, pacientes o familiares en algunos casos puede ayudar a prevenir.
En una farmacia de la cadena Cruz Verde en Santa Bárbara, Suba, Bogotá una auxiliar cometió un error que le costó la vida a dos hermanos de siete y diez años.
La familia Torres López vive un doloroso momento tras la pérdida de los dos niños después de que ingirieran el medicamento que les entregaron por error en una farmacia.
A los niños les recetó el pediatra Abendazol, un medicamento que actúa como purgante. Cuando sus padres acudieron a la farmacia para adquirirlo, recibieron en lugar de ese fármaco, dos frascos de Tramadol.
El Tramadol es familia de los opioides, la misma categoría de la Morfina, se usa para dolores muy intensos en pacientes adultos y puede causar efectos adversos.
El pasado martes los menores comenzaron a presentar síntomas de malestar y perdieron el conocimiento, la madre, aterrada, comenzó a gritar pidiéndoles ayuda a sus vecinos.
Estos se dirigieron a su vivienda para auxiliarla y uno de los vecinos trasladó a los menores a una clínica cercana en su vehículo.
Lamentablemente, los niños fallecieron después de sufrir intensos dolores por consumir el medicamento equivocado.
La noticia causó conmoción en el país, la empresa farmacéutica se pronunció al respecto informando que despidieron de inmediato a la auxiliar que entregó el medicamento errado vulnerando los protocolos establecidos.
Hasta el momento se desconoce si podía enfrentarse a la justicia por su responsabilidad en lo ocurrido.
En el Instituto de Medicina Legal realizan las pruebas pertinentes en los cuerpos de los menores fallecidos para esclarecer las causas de su muerte.
La equivocación de la empleada de la farmacia en la dispensación del medicamento trajo consecuencias para la empresa que fue clausurada por las autoridades.
Tras una inspección, encontraron fallas en los procesos de almacenamiento y dispensación de los medicamentos de la farmacia.
El abogado penalista Francisco Bernate declaró ante un medio de comunicación local sobre el caso sobre el que se inició una investigación judicial.
Explicó los tres escenarios que pueden manejarse, el primero, la responsabilidad de la empleada de la farmacia que entregó el medicamento, el segundo sería la entidad a la que está vinculada la auxiliar farmacéutica y el tercero la implicación de la madre de los niños que no verificó qué medicamento les administraba.
Según el letrado la primera responsabilidad es de la auxiliar de farmacia por entregar un medicamento distinto al de la fórmula médica. Podría ser juzgada por homicidio culposo, que en Colombia es un delito excarcelable, es decir que no cumpliría la condena tras las rejas.
El delito tendría un agravante por tratarse de dos víctimas menores de edad. Aunque en este caso la empleada no habría tenido intención de causarles algún daño, así que el agravante no aplicaría porque no hubo dolo.
El abogado también plantea una presunta responsabilidad patrimonial de la empresa Cruz Verde. Asegura que deberá comprobarse que la persona que dispensa los fármacos está capacitada, entrenada y cualificada para hacerlo y si cuentan con protocolos de seguridad.
Respecto a la posible responsabilidad de la madre, Bernate dice que legalmente no tiene la obligación de revisar los medicamentos porque confía en su médico y en quien le dispensa los fármacos.
El letrado lamentó la tragedia e instó a las organizaciones pertinentes a mejorar el protocolo de las fórmulas médicas para garantizar que estén escritas en letra legible para evitar confusiones.
Este trágico suceso ha causado conmoción y dolor en la comunidad. Los vecinos de la familia recaudan dinero para ayudarlos con los gastos. Compartamos un mensaje de consuelo y una advertencia sobre este riesgo.