Ser infiel supone la vulneración de la confianza en la pareja e implica en gran parte de los casos un drama personal de gran trascendencia; ahí donde se socava el compromiso, los anhelos, los pactos, la intimidad, se originan infinitas grietas en el corazón, dando forma a diversas situaciones que provocan reacciones en las personas que no siempre se manejan de la mejor forma.
Buena muestra de lo anterior es un insólito hecho suscitado hace unos días en el pueblo de Desaguadero, en Puno, localidad fronteriza entre Perú y Bolivia. Este martes pasado una mujer encontró a su pareja bebiendo unos tragos en una cantina, al parecer, en compañía de varias damas, lo que generó una fuerte discusión entre marido y mujer. Al ser descubierto in fraganti, el sorprendido hombre visiblemente ebrio optó por huir del lugar para, finalmente, lanzarse al río Desaguadero.
El llanto casi no le permitía articular palabra a la desesperada mujer ante la presunción de que su marido pudiera haberse ahogado, así que, como pudo, buscó la ayuda de las autoridades quienes aún no dan con el paradero del ciudadano identificado con el nombre de César Gerardo Huanca Parí, de 26 años de edad.
“Yo sólo le reclamé sus borracheras y traiciones, pero nunca pensé que César fuera a reaccionar así, lanzándose en el río”, declaró la consternada mujer.
A la acción de búsqueda se han sumado varios pobladores y familiares del desaparecido con sus propias lanchas y botes, así como encargados del puesto de vigilancia fronterizo de Desaguadero, quienes recorrieron parte del caudal sin resultado positivo hasta el momento.
Al descubrir una infidelidad, las reacciones suelen ser distintas. Los hay quienes se alegran (puede constituir una buena excusa para romper la relación sin remordimiento, por ejemplo) o quienes prefieren huir de la situación, incluso a riesgo de su propia vida, como en el caso que acabamos de narrar.
Casos como este solo nos reafirman el hecho de que la infidelidad es un síntoma de la serie de crisis por las que, casi todos los seres humanos atravesamos al convivir en pareja.
Si exploramos en el fondo, comprenderemos que se es infiel cuando no se encuentra en el otro lo que se desea y la relación entre ambos no satisface completamente todas las necesidades mutuas, tanto físicas como emocionales. Sin embargo, superar la crisis dependerá de la forma en que ambos logren comunicarse entre ellos.
La infidelidad no duele solo por el engaño, sino porque abre una caja de Pandora que deja salir todos los complejos personales a flote. El peso, las habilidades sexuales, la capacidad de amar, la inteligencia, todo se pone en entredicho, se duda hasta de la propia sombra. Lo mejor que podemos hacer es aprovechar la ocasión para mirar a nuestros complejos a la cara y trabajarlos.
Comparte esta historia con todos tus amigos y pareja. Ten siempre presente que la infidelidad no solamente es cosa de pareja sino de uno mismo, así que para mantener a tu pareja unida es fundamental conocerla íntimamente, su personalidad, sus gustos, sus deseos. Saberse importantes el uno para el otro y expresarse el amor todos los días del resto de la vida.