Mariam Nabatanzi es una valiente madre orginaria de Uganda, que lucha por educar a sus 38 hijos biológicos; apenas tiene 39 años y miles de personas se preguntan cómo lo ha logrado.
La desgarradora historia de esta mujer salió a la luz gracias al periodista Kassim Kayira, quien la visitó en su hogar y pudo conocer su angustiante pasado y su no muy diferente presente.
Como es común en los pueblos africanos, Mariam fue obligada a casarse a la corta edad de los 13 años.
Pero su infierno en realidad empezó mucho más temprano, cuando su malvada madrastra intentó quitarle la vida a ella y a sus cuatro hermanos poniéndoles vidrio en la comida. Para suerte de esta pobre mujer, ella no estuvo presente, pero todos sus hermanos fallecieron.
Pero habiéndose librado de lo que habría sido un fallecimiento doloroso, ahora se enfrenta a una vida de dificultades.
Sus padres la casaron con un hombre polígamo de 40 años en la aldea de Kabimbiri, al norte de Uganda.
Ella relata que no sabía que la casarían, simplemente un día la dejaron con el ahora padre de sus 38 hijos. Y lo que vino después ha sido un camino de continuos sufrimientos.
Mariam se convirtió en madre por primera vez a los 13 años, dando a luz a gemelos. Ese sería el inicio del largo camino de su increíble fertilidad.
Entre sus hijos, el mayor tiene 23 años; 10 son niñas y 28 varones. Mariam tiene 3 sets de gemelos, 3 sets de cuatrillizos, 4 sets de trillizos, y 8 partos individuales. Aunque ella ha dado a luz a 44 bebés, seis de ellos han nacido sin vida. De sus 38 hijos sobrevivientes, 10 son niñas y el resto varones.
Cuando Mariam tenía 23 años, ya había dado a luz a 25 niños. Preocupada por su salud, buscó consejo médico y fue entonces cuando descubrió que tenía una afección conocida como «hiperovulación», que es cuando se libera más de un óvulo durante el ciclo menstrual de una mujer. Pero no recibió ningún tipo de ayuda.
Además de la miseria en la que vive, el marido de Mariam es una auténtica pesadilla para ella. Relata que habitualmente recibe palizas de su parte para hacerla razonar, y es habitual que llegue borracho. Pero finalmente ha terminado por abandonarla, volver al hogar cada vez que quiere tener relaciones y decidir los nombres de sus hijos vía telefónica.
«Los niños apenas saben quién es, ya que es un padre ausente que les da nombres a sus hijos por teléfono y no físicamente», asegura.
Tuvo a todos sus hijos en su propia casa, todos a excepción del último nacieron de forma natural y sin medicamentos para el dolor.
Mariam reconoce que lo que ha hecho su marido debería ser considerado un crimen. «Abandonar a sus hijos y quitarles el amor de padre es algo de lo que nunca me recuperaré», confiesa.
Pero hay un rayo de esperanza en el horizonte para esta madre. Gracias al informe que hizo el periodista que conoció su historia, Karo Omu, una mujer de Uganda, ha levantado una página de recaudación de fondos.
Su meta es conseguir 28 millones de chelines ugandeses y serán destinados a cubrir su salud y necesidades básicas, e incluso facilitar que Mariam emprenda su propio negocio.
¡Aquí puedes ver cómo vive esta pobre mujer a cargo de sus 38 hijos!
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