Hay tragedias tan inexplicables, tan sórdidas, que resulta casi imposible pensar que algo así pueda suceder en una época en la que los derechos humanos y la globalización han calado tan hondo en la sociedad.
No obstante, aún hay muchas, muchísimas personas en el mundo que llevan una vida miserable debido a las circunstancias violentas que las rodean.
Sin lugar a dudas, siempre es devastador enterarse de una nueva historia de maltrato, pero cuando se trata de un niño, la indignación y la tristeza se tornan insoportables. Hoy otra noticia aparece para recordarnos que queda mucho por hacer, mucho por lo que luchar: Buhari Duda, el bebé de 1 año al que su madrastra castró en un ataque de celos, ha muerto.
Esta calamidad comenzó el 18 de junio de 2016, cuando Bara’atu Rabiu, la madrastra de Buhari, le cortó el pene al pequeño, de apenas meses de nacido, como una manera de vengar las constantes humillaciones que le había causado la pareja anterior de su esposo, la madre del bebé.
«Decidí hacerlo por los insultos que he estado recibiendo de su madre. Y todas las veces que me he quejado con mi esposo, el no hace absolutamente nada. Esa fue la razón principal por la que usé un cuchillo de la cocina para cortarle el pene«.
Muhammad Dauda, el padre del bebé, niega estas acusaciones, alegando que él nunca vio a las 2 mujeres peleándose y que su hogar es un hogar de paz, así que es falso que él haya recibido alguna de queja de parte de Bara’atu.
No obstante, el bebé no murió debido a la castración que le realizó su madrastra. De hecho, Buhari había estado recuperándose bastante bien y los médicos tenían fe en que el pequeño podría llegar a tener una vida normal en el futuro.
«El gobierno había invertido una enorme cantidad de dinero en diversas cirugías para reparar los daños que la madrastra le produjo al niño. En la actualidad, se estaban haciendo los arreglos para que Buhari fuera trasladado a Filadelfia, Estados Unidos, para recibir el trasplante de órgano«, explica Mairam Haruna Kolo, Directora General de la organización del estado de Nigeria, Child’s Rights Agency.
La madrastra de Buhari se encuentra ya en manos de la ley.
Lo que acabó con la vida de este hermoso bebé fue la malaria. Sin embargo, el virus se manifestó tan leve, que en otras circunstancias, no debió haber representado ningún peligro para la vida de Buhari.
«El gobierno de Nigeria estuvo plenamente representado en el entierro de Buhari, en el pueblo de Wada, en Shiroro», continúa Mairam, al mismo tiempo que se lamenta por la pérdida de este ángel. Así, sin más, se apagó la vida de un ser inocente que lo único que necesitaba era amor y respeto.
¡Esta situación tiene que parar, YA BASTA! Que la triste historia de este precioso bebé al menos cumpla con el propósito de crear consciencia sobre el maltrato infantil. No dejes de compartirla.