El Dr. Sij Hemal, un médico residente de urología de segundo año saltó a la acción para traer a la vida al bebé de una compañera de viaje, en medio vuelo de ocho horas desde París a Nueva York, operado por Air France.
El Dr. Sij Hemal estaba esperando una copa de champán, en el vuelo de regreso a casa. De repente, los asistentes de vuelo pidieron ayuda médica por el altavoz.
Tan rápido como veloz, dejó su trago para más tarde e inmediatamente levantó la mano para ayudar a la parturienta Toyin Ogyndipe, de 41 años, quien había comenzado con los trabajos de parto una semana antes, a cuatro horas de su destino y a dos horas de un aterrizaje seguro de emergencia.
Hemal ayudó a la mujer nigeriana, que vive y trabaja en el Reino Unido, a salvar a su hijo de forma segura después de 30 minutos de arduas contracciones.
«Estamos entrenados para mantener la calma y pensar con claridad en situaciones de emergencia», dijo Hemal, que había ayudado a 7 mujeres embarazadas a dar a luz durante su carrera.
Dijo que su mayor temor era que la madre pudiera morir de sangrado o shock después del nacimiento. Pero mirando hacia atrás, insistió en que todo marchó de maravilla, tan bien como podría haberlo hecho.
“Pensé en tomarme un trago y dormirme. Resulta que estoy contento de no haber bebido nada «, dijo.
El Dr. Hemal, que había estado de vacaciones en Nueva Dehli, estaba volando de regreso a Cleveland el 17 de diciembre.
Casualmente, cuando los asistentes de vuelo vinieron a pedirle consejo, el urólogo del Instituto de Urología y Riñón Glickman, de la Clínica Cleveland, descubrió que estaba sentado al lado de la Dra. Stefanie Ortolan, pediatra de Francia.
Ambos fueron llevados donde estaba sentada Toyin Ogyndipe, quien se quejaba de dolores en el pecho y mareos.
El Dr. Hemal pensó que podrían ser cálculos renales hasta que ella le revelara que tenía 39 semanas de embarazo.
«Estaba cubierta con una manta, así que no pude ver que estaba embarazada, pero el dolor que estaba describiendo sonaba como contracciones», dijo.
Después de trasladarla a primera clase, el piloto habló con el Dr. Hemal y le dijo que estaban en la costa occidental de Groenlandia y que el desembarco de emergencia más cercano estaba en una base militar de Estados Unidos en las Islas Azores, a dos horas de distancia.
Ante lo cual el Dr. Hemal sugirió continuar volando hacia el Aeropuerto Internacional JFK, en Nueva York.
Mientras las azafatas cuidaban de la hija de Toyin, Amy, de cuatro años, los médicos usaron instrumentos y suministros en el botiquín médico del vuelo para controlar rutinariamente su presión arterial, la tasa de oxígeno y el pulso.
«Mi plan inicial era monitorearla, pero hicimos un examen cervical y fue entonces cuando se rompió el agua. Fue entonces cuando supimos que traeríamos al bebé en el avión», agregó Hemal.
Toyin, procediente de Nigeria y residente en el Reino Unido, finalmente trajo al mundo su hermoso bebé, al que llamó Jake.
El Dr. Hemal retiró la placenta y usó una pinza quirúrgica y un cordón de zapatos para atar el cordón umbilical y cortarlo con un par de tijeras.
A su llegada al aeropuerto, Toyin y sus hijos fueron escoltados desde el avión por técnicos de emergencias médicas al Jamaica Hospital Medical Center en Queens, Nueva York.
El bebé ahora tiene un pasaporte estadounidense porque estaban volando en el espacio aéreo de Estados Unidos en el momento de nacer.
Poco después, Hemal recibió un cupón de viaje y una botella de champán de Air France.
«Estoy muy agradecido por la excelente capacitación que recibimos en la Clínica Cleveland que nos preparó para las emergencias y para anticipar lo peor y estar preparados y sacar lo mejor de las situaciones», concluyó Hemal.
Muchos se preguntan cómo es que permitieron viajar a Toyin en una etapa del embarazo tan avanzada. Pero esos son los incidentes del destino y ya se ve que Jake tiene un gran futuro por delante. Probablemente se anime también a ser un gran médico y traer vidas al mundo, como la suya.
No te vayas sin compartir con tus amigos este curioso incidente, ¡pero con un gran final feliz!