La situación a nivel mundial con respecto a la violencia aumenta cada día, es alarmante ver las noticias sobre crímenes y asesinatos. Muchas personas cegadas por la ira arremeten con violencia desmedida contra otros atentando contra su vida sin pensar en las trágicas consecuencias.
Este viernes 30 de mayo, en el hospital del Bronx, ocurrió una tragedia debido a la ira y al deseo de venganza de un antiguo médico del lugar, un ex empleado del hospital arremetió contras las personas que se encontraban en el lugar usando un rifle AR-15.
El portador del arma de fuego entró al hospital vistiendo solo una bata de laboratorio mientras disparaba a sus ex compañeros de trabajo matando a un médico e hiriendo a otras seis personas, cinco de ellas muy graves.
Después de haber hecho esto, el hombre se prendió fuego en el cuerpo y luego se suicidó con un disparo en la cabeza; según dijeron las autoridades, el hombre fue identificado como Henry Bello, de 45 años.
Este hombre tenía un pasado problemático, tuvo problemas para dejar de fumar, además de ser acusado de acoso sexual. Y eso no es todo, en el año 2014, lo arrestaron por abuso sexual tras agredir a una mujer de 23 años en Manhattan.
La comunidad de los Estados Unidos ha tenido que pasar por este tipo de ataques en muchas ocasiones, este fue otro caso de un hombre solitario que realizó un tiroteo masivo.
Mientras este suceso se llevaba a cabo, se escuchaba la voz de una mujer que gritaba: “¡Está disparando, está disparando!”. Los doctores encargados del área de pediatría tuvieron que esconder a los niños de entre 1 y 10 años con ayuda de sus madres.
En medio del pánico trataron de luchar por sus vidas sin comprender lo que estaba pasando. No hay justificación para tanta violencia, nadie tiene derecho de atentar contra la vida de otro ser humano.
Los testigos describieron a trabajadores médicos rasgando una manguera de incendios de la pared para usarla como un torniquete en la pierna de una víctima, mientras que otros recordaron la horrible vista del pistolero, su torso encendido, corriendo por un pasillo antes de dispararse.
El acontecimiento fue horrible, el hombre disparó a diestra y siniestra, según los testigos; muchos aseguraron que la magnitud del ataque fue tan grande que esperaban que muchos más resultaran heridos.
Un paciente cuenta que escuchó gritar: “Código rojo, traben sus puertas”. También cuenta que se asustó mucho al escuchar a todos gritar, empezó a llorar y se encerró. “Escuché gente gritando. Empujé la silla hacia la puerta para que nadie pudiera entrar”, explica.
El hombre armado actuó solo, explica el alcalde Bill de Blasio, agregando que parecía ser un conflicto laboral que terminó cuando el pistolero se suicidó «pero no antes de haber hecho un daño horrible», agrega de Blasio.
Esto solo se trató de un acto de un hombre resentido que intentó tomar venganza arremetiendo contra personas inocentes, no olvides compartir esta historia alzando la voz por la paz.