A todo niño en algún momento se le ha dicho que es especial y, en algún sentido, todos lo son; nadie es igual a los demás y eso es lo que nos hace únicos.
Sin embargo, hay ocasiones en las que la misma razón por la que somos diferentes puede generarnos problemas, justo como le sucede a la pequeña Charlie que, con tan solo 19 meses de vida, es víctima de un caso grave de soriasis, lo cual le causa dolorosas irritaciones en la piel y es esto lo que hace que sea discriminada tanto por jóvenes como por adultos debido a la apariencia de las mismas.
Sin embargo, no es solo la pequeña Charlie la que sufre por su condición, sus padres son frecuentemente mal vistos ya que las heridas de la pequeña parecieran ser marcas de insolación.
La madre, Ashley Nagy, ha decidido iniciar una campaña en la que pide a la gente que no juzgue a su pequeña ya que, como es de esperar, muchas personas al ver las pústulas de la infante asumen de inmediato que se trata de algo contagioso y, además de alejarse, les ordenan a sus hijos que hagan lo mismo.
La pequeña fue diagnosticada con soriasis apenas a los 4 meses de vida y para tristeza de sus padres la enfermedad no parece mejorar conforme pasa el tiempo. “Muchas personas se alejan, mi respuesta por lo general es abrazarla y besarla para demostrarle a los padres de otros niños que estar en contacto con ella no es peligroso”, dice Ashley sobre las reacciones de muchos padres que toman a sus hijos y los alejan inmediatamente de Charlie por temor a que se contagien de lo que sea que tenga la bebé.
Los padres de la pequeña Charlie no se avergüenzan de su condición ni tratan de esconderla, afirman que, a pesar de la enfermedad, la bebé tiene una personalidad abierta y activa, siempre riendo e intentando divertirse, por lo que intentan tomar conciencia de que su afección no es contagiosa para que así Charlie pueda jugar con otros niños sin que sus padres teman por la salud de los mismos.
Ashley y su esposo Andrew incluso han apodado a la pequeña como “bebé unicornio” para tratar de acabar con el estigma, dado que, si bien no es agradable, Charlie se ha convertido en la paciente más joven en desarrollar esta enfermedad, lo que en cierto sentido la hace muy especial.
Aunque la pequeña se ve forzada a pasar por baños de rutina que pueden llegar a extenderse por dos horas para poder combatir sus erupciones utilizando todo tipo de cremas, aceites y jabones especiales, sus padres no pierden la esperanza de que algún día su bebé se encuentre sana y de que toda la discriminación y malos tratos se conviertan en cosa del pasado; tristemente, a la fecha no se conoce una cura definitiva.
Si deseas es posible ayudar a la pequeña Charlie pues, como es de esperar, sus cuentas médicas no son un gasto fácil de costear por lo que sus padres han abierto una página de donaciones, puedes visitarla aquí.
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