Natalie Pumfrey es una amorosa madre de dos niñas que pasó uno de los mayores sustos de su vida cuando sufrió la mordedura de una araña viuda falsa. Este tipo de arácnidos recibe este nombre porque suelen confundirse con la Viuda Negra, pero su veneno no es letal para el ser humano.
Sin embargo, pueden llegar a causar un daño significativo si quienes reciben su mordida no tienen atención médica lo más pronto posible.
Natalie acaba de cumplir 32 años.
Natalia se encontraba durmiendo cuando sintió algo extraño sobre su rostro. Su primer impulso fue simplemente tomarlo en sus manos y lanzarlo lejos de allí. Fue entonces cuando se dio cuenta de que se trataba de una pequeña araña.
Al principio pensó que nada muy grave había sucedido pero un par de horas después comenzó a sentir que su cabeza y sus ojos se hinchaban más y más.
“Todo era borroso. No podía ver bien más allá de mis ojos y pensé que podía tener conjuntivitis”.
La dedicada madre había pasado la noche en el cuarto de sus hijas para poder cuidar a su bebé. Una vez que se encuentra con su esposo, él nota lo hinchada que se encuentra y comienza a preocuparse seriamente por ella. Sin dudarlo ni un momento, llama a emergencias para averiguar qué era lo que sucedía.
“Mi esposo me dijo: ‘Oh por Dios, mírate en el espejo’”.
Natalie recordó lo sucedido con la araña y le pidió a su esposo que revisara con cuidado la habitación para asegurarse de que sus hijas no sufrieran lo mismo que ella. Mientras acudía a emergencias, Wayne Pumfrey limpió a profundidad la habitación e incluso esterilizó las sábanas de todas las camas para asegurarse de que no quedaran rastros del veneno.
Los ojos de Natalie se volvieron algo “gelatinosos” y comenzó a brotar una extraña sustancia de ellos.
Lo único que encontraron de la araña fueron cuatro patas y una parte de su cuerpo. Parece que cuando Natalie la lanzó para alejarla de su rostro acabó con ella, pero no lograron dar con la totalidad del animal.
Por fortuna, los efectos de la picada de esta araña no dejan secuelas a largo plazo así que tras recibir atención médica Natalie pudo mejorarse y volver a la normalidad.
“Tengo una bebé de 10 semanas y una niña de 2 años. Estoy muy aliviada de que la araña no las mordiera a ellas”.
Por suerte, todos los miembros de la familia se encuentran a salvo. Sin embargo, Natalie se encuentra muy nerviosa y ya no se atreve a dormir con la ventana abierta por temor a que entre otra araña y pueda hacerle daño a sus pequeñas.
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