Al hablar de un trastorno como la demencia, muchos podrían creer que se trata de un asunto que le ocurre sólo a los adultos mayores. Sin embargo, no hay nada más alejado de la realidad y la familia de una pequeña de 11 años ha padecido en carne propia lo que significa vivir con alguien a quien parece habérsele desquebrajado la memoria.
Molly Ingham fue una pequeña completamente sana hasta que alcanzó sus 6 años de vida, a partir de allí su historia dio un cambio radical. Esta niña de Stalybridge en Cheshire, Inglaterra, comenzó a sufrir de convulsiones en el 2015 y detrás de esto comenzarían sus problemas de visión, movilidad y memoria.
Molly fue diagnosticada con la enfermedad de Batten, una rara forma de demencia infantil, y las probabilidades de que llegue a la una edad adulta son bastante escasas.
La pequeña ha olvidado prácticamente todo lo que había aprendido durante sus primeros años de vida y su madre Adele Ingham relató lo terrible que ha sido todo el proceso.
“Ha sido devastador ver a mi niña tan extrovertida, que podía hacer todo lo que cualquier otro niño de seis años podía hacer, entrar en esta situación. Destruye el alma. Afecta la memoria a corto plazo impidiéndole asimilar cosas nuevas”, dijo entre lágrimas la madre de 39 años.
Todos los días son de continuo aprendizaje para Molly, Adele comentó que la pequeña aún desea visitar a su abuelo que murió hace dos años. En septiembre de 2019 la niña inició clases en una escuela especial pero en poco tiempo olvidó los nombres de todos sus compañeros.
Adele recuerda que los primeros indicios del trastorno surgieron después de su cumpleaños número seis. Los maestros se quejaban de que la pequeña no era capaz de retener las cosas y se había vuelto distraída y alejada.
Después de esto surgieron las convulsiones, la primera evidencia palpable de que algo no andaba bien.
La demencia le ha quitado a Molly su capacidad para comunicarse, así que pasó de ser una amante empedernida de las canciones de Disney a una niña sin habla.
“Solía saber cada palabra de cada canción de Disney, ahora ni siquiera puede unir una oración. Ya no puede ver. Le acabo de comprar un nuevo juguete Olaf y ella no supo qué era hasta que sintió su nariz de zanahoria”, relató la madre.
La demencia de Molly fue detectada tarde, los médicos pensaban que sufría de epilepsia de ausencia pero en mayo de 2019 fue sometida a una serie de estrictos estudios tras protagonizar un episodio de alucinaciones.
“En febrero del año pasado, tuvimos que llamar a una ambulancia porque estaba alucinando. Podía ver arañas arrastrándose por las paredes y yo no podía calmarla, así que pasamos tres días en el hospital donde le hicieron muchas pruebas y finalmente fue diagnosticada”, dijo la madre.
Adele sabe que su hija no podrá recuperar la vista y que es muy probable que sólo le queden pocos años a su lado, pero ella no pierde la esperanza.
Esta madre tiene su fe puesta en un tratamiento conocido como Taysha Gene Therapy que es aplicado en la ciudad de Dallas y con el cual la calidad de vida de Molly podría mejorar. Adele espera que sus últimos años sean más amables y su pequeña vuelva a ser tan feliz como al principio de su vida.
Esta mujer no piensa renunciar a su pequeña y lucha por prolongar su tiempo en este mundo, comparte su historia y ayuda a esta familia con tus bendiciones.