Le niegan el embarque a una adolescente convaleciente de cáncer por llegar unos minutos tarde

¿Hasta qué punto la puntualidad en las aerolíneas es una norma que debe ser cumplida con extrema rigurosidad? ¿Incluso si eso implica impedir que una menor enferma se embarque porque no llegó con el suficiente tiempo de antelación?¿Es que acaso algún pasajero no ha tenido que esperar en repetidas ocasiones durante varios minutos para que un vuelo salga a tiempo, sin que le den ninguna explicación por ello?

Es un polémico dilema que ha surgido en torno a la decisión de la aerolínea Ryanair de impedir que se embarque una adolescente de 16 años, enferma de cáncer, por haber llegado unos minutos tarde.

Los hechos sucedieron el pasado 18 de marzo en el aeropuerto Marconi de Bolonia, Italia.

Y es que cuando un caso de humanidad está en juego, la puntualidad que se exige a los pasajeros debería ser tratada según las circunstancias. Pero lamentablemente esta vez no fue así.

La menor de edad viajaba con su madre y su tío hacia Alghero para regresar a su localidad cercana a Oristano tras haber recibido una sesión de quimioterapia en Bolonia.

Habían reservado previamente la asistencia de embarque y tras esperar 20 minutos en el mostrador de facturación para solicitarla, una operadora les dijo que «era demasiado tarde y que ya habían cerrado el vuelo».

Eran las 6.10 y quedaban 40 minutos para que despegara el avión, pero por los protocolos de la aerolínea se negaron a hacer una excepción con la menor.

Su tío confesó que su error fue no presentarse una hora antes de lo acostumbrado para poder pedir la asistencia al pasajero. 

Mientras tanto, la niña y su madre esperaban impacientemente por si su tío lograba convencer al personal, él les explicó que se trataba de una paciente con cáncer y que necesitaba asistencia. Pero viendo el rechazo de la mujer que lo atendió, incluso aceptó no requerir el servicio con tal de que la dejaran subir.

La respuesta fue una negativa otra vez, lo enviaron a otro mostrador que resultó ser uno de venta de billetes, donde tras otra larguísima espera les dijeron que no tenía otra opción que quedarse en Bolonia y tomar el siguiente vuelo que sería dos días después.

La madre sólo suplicaba por un ápice de humanidad con su pequeña que venía convaleciente de una quimioterapia, pero sólo recibió negativas.

En un último intento, trataron de acercarse a la puerta de embarque directamente y les volvieron a negar el acceso.

“El avión estaba más allá del cristal, los pasajeros todavía estaban embarcando”, detalló el tío de la menor.

El hecho rápidamente se hizo viral en las redes, suscitando una ola de opiniones divididas. Mientras unos atacan a la aerolínea, reclamando su falta de humanidad y sensibilidad, ya que toda norma puede tener su excepción, otros la defienden. 

LV

«Que no vengan tampoco de víctimas. Las aerolíneas tienen unos protocolos. Dejar subir a esa persona no implica solo abrir la puerta. Sino realizar de nuevo la revisión, la posibilidad de perder el momento de despegue del avión que lleva todo milimetrado… Es muy fácil decir que la culpa es de la aerolínea pero sabiendo lo que se jugaban deberían haber ido antes», escribió un usuario.

¿Y tú qué piensas de este polémico caso? Déjanos saber tu opinión y compártela en tus redes.

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