Pese a su tamaño, una niña es capaz de darlo todo para ayudar a alguien en riesgo, sobre todo si se trata de un ser igual de vulnerable e inocente que ella, como una hermosa perrita que tuvo la desdicha de caer en las manos humanas equivocadas.
La niña se percató de que algo terrible estaba sucediendo en la carretera
La hija de Alesha Brandt viajaba en la carretera cuando algo la hizo preocuparse y no poder ignorar la situación.
Una persona había arrojado algo y la niña decidió descubrir de qué se trataba, así que llegó corriendo a la zona en cuestión para encontrarse con una terrible escena que le partió el corazón.
La niña se encontró con una indefensa perrita que sólo tenía 3 patitas y estaba en pésimas condiciones.
Sin pensarlo dos veces, tomó a la peludita entre sus pequeñas manos para llevarla consigo y presentarla ante su madre, confiando en que ella podría hacer algo para ayudarla.
Le dio un cálido baño mientras esperaba a que su mamá llegara a casa
Cuando Alesha llegó a casa, comprendió y se enorgulleció de la iniciativa de su hija. Llevaron a la peludita al veterinario de emergencia. Pero los resultados no fueron favorables: además de una de sus patitas, perdió un ojito y uno de sus tímpanos.
Dado su estado, Alesha y su familia tomaron la decisión de adoptar a la perrita. La nombraron Meeps y se esforzaron para llenarla de mimos, así como de todo el amor y respeto que no se le había brindado.
La llaman cariñosamente “Capitana Jackie Sparrow” por no tener uno de sus ojitos
Desde ese inesperado incidente en que Meeps llegó a la vida de la familia Brandt, ya han pasado 11 largos años. Ha sido el tiempo suficiente para que la peludita lograra reponerse y dejar atrás sus tormentosos primeros años de vida.
Además de ser la pirata más adorable, Meeps tiene una característica particular que la hace ser considerada un murciélago. No tiene pelos en las orejas y esto hace de esas partes de su cuerpo la más acogedora almohada.
“A ella nunca le han crecido pelos en las orejas, por lo que se sienten como cuero suave y parecen alas de murciélago. A menudo le decimos murciélago de la fruta porque le encantan los plátanos y las naranjas”, narró Brandt.
Ante todo, Meeps se ha convertido en la bebé mimada de la casa. Brandt se ha hecho su madre de tiempo completo y eso hace que la perrita se rehúse a apartarse de su lado.
“Se ha convertido en mi sombra. Ama estar en mis brazos o en mi regazo. Viaja conmigo a casi todas partes”, afirma Alesha.
Alesha carga a Meeps siempre que ella quiere “dar un paseo” en el parque