Joanne Logan es una madre de 5 hijos, de los cuales 3 han sido diagnosticados con el trastorno del espectro autista. Ahora, su pequeño Charlie, de 7 años, es su especial preocupación debido a que se encuentra en una etapa en la que está aprendiendo de su alrededor y socializar para el pequeño puede convertirse en algo que le supera, algo que es inhrerente a su condición.
Charlie asiste a primer grado, en la escuela primaria Cherry Lane, en Londres.
La madre de 42 años entró en auténtica histeria cuando el pasado mes de febrero se enteró que en la escuela obligaron a su hijo a llevar un chaleco fosforescente, para de ese modo diferenciarlo de los demás niños.
A Charlie lo obligaron a usar el chaleco en los momentos de descanso en el patio de la escuela
Joanne se enteró del suceso cuando su propio hijo llegó a casa quejándose de lo mal que se había sentido cuando lo obligaron a usar esa prenda amarilla en el patio, haciendo que todos lo identificaran.
«Me sentí muy mal, realmente no quería hacerlo porque nadie más tenía uno», confesó el pequeño en un vídeo que fue difundido en las redes.
La madre, por su parte, consideró el hecho como una «total discriminación masiva y asquerosa», por lo que acudió al centro a pedir cuentas de lo sucedido.
«No sabía nada al respecto hasta que él me lo dijo. Entré en la escuela y dije: ‘¿qué diablos está pasando? ¿Por qué está usando este chaleco? Así es como comienza una discriminación», cuenta Joanne.
La maestra del pequeño aseguró que lo hizo porque quería que todo el mundo supiera que padecía ese trastorno, pero que sí se le había informado de ello a la madre. A lo que Joanne repuso: «Creo que la maestra de la clase mencionó algo de un chaleco, pero realmente no sabía de qué se trataba, no hice clic hasta que Charlie dijo algo».
La madre decidió tener una reunión con el director, después de la cual se tomó la decisión de que Charlie ya no tendría que usar más el chaleco.
Las autoridades ratificaron que todas las decisiones sobre cada niño son informadas a los padres previamente
Pero para Joanne el daño ya estaba hecho, y es por eso que ha decidido levantar una demanda contra la escuela, por su hijo y «en favor de todas las familias que están criando a niños con necesidades especiales educativas para que no tengan que sentirse diferentes».
Por otro lado, la mujer reconoció que lidiar con su hijo ahora mismo es un problema, ya que había sido acusado de lastimar a otros niños. Pero que ponerle un chaleco para acentuar aún más la diferencia, no es el camino.
«Ha sido el único en la escuela obligado a llevar ese chaleco. Estoy tan molesta, no puedo creer que esté permitido. Le he dicho a Charlie que no debe usarlo más, no importa lo que le digan, nunca se lo debe poner», concluyó la madre.
El juez ha aceptado su causa y ella ha creado una página pidiendo apoyo para poder pagar los trámites legales, en la que ya ha acumulado cerca de 1.000 euros.
Metro
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