La falta de recursos económicos nunca pueden ser obstáculo para que luchemos por nuestras metas, y consigamos cosas de las que ni siquiera nos creíamos capaces.
Un humilde niño de apenas 9 años de una localidad alejada, en Kenia, se ha convertido en el verdadero héroe del coronavirus, gracias a un sencillo invento para evitar su propagación, que ha emocionado al mundo entero.
En África, el coronavirus ha golpeado a casi 40.000 personas.
Stephen Wamukota es el pequeño que vive con sus padres, en una pobre vivienda de la aldea de Mukwa, en el condado de Bungoma.
Desde que el virus empezó a esparcirse fuertemente en algunas zonas de su país, Stephen escuchaba atentamente lo que el presidente del Gobierno, Uhuru Kenyatta, advertía a la población sobre la importancia de lavarse bien las manos.
El pensar que mucha gente se podía contagiar y por lo tanto perder la vida, era algo que le preocupaba demasiado al pequeño. Así que un día con algo que vio en la tele, supo que ahí estaba la solución.
«Vi en la TV cuando ensamblaban carros de juguete y le dije a mi papá que podíamos hacer algo muy similar, pero para detener el virus», relata Stephen.
Fue entonces cuando emocionado, le contó a su padre, James Wamukota, de qué se trataba.
«Mi hijo vino y me preguntó: Papá, ¿por qué no podemos hacer algo para lavarnos las manos que lo podamos usar sin tocarlo? Porque el presidente dijo que el virus se propaga a través de los apretones de manos y el contacto», cuenta el padre, que se sorprendió enormemente al escuchar a su hijo.
Stephen inmediatamente contó con el apoyo de su papá y se puso manos a la obra.
El invento se trataba en construir una máquina semiautomática para que la gente de su aldea se pudiera lavar las manos, con agua y jabón, pero sin que tuviera que tocar nada, y así evitar eficazmente el contagio.
La máquina tiene 2 pedales para dispensar el jabón y el agua, independientemente, que se activan con los pies, y permite a los usuarios evitar el contacto con las superficies.
En este video puedes ver el funcionamiento del sencillo pero invaluable invento de Stephen:
Stephen relató cómo trabajó para conseguirlo:
«El primer día reuní maderas, tuercas y clavos. El segundo empecé la construcción de la máquina. Continué con mi trabajo el tercer día, y en el día cuarto, mi papá me ayudó a terminarla».
Muchos se han quedado sin palabras al ver cómo un niño tan pequeño ha sido capaz de involucrarse tanto en un problema sanitario nacional y mundial, saliendo de su zona de confort y buscando una solución para toda su gente.
La opinión unánime de las redes es que Stephen debería ser el futuro presidente de su país.
Es incluso muy emotivo ver cómo con su propia letra, sobre el recipiente escribió: «Corona free zone», es decir zona libre de Coronavirus.
Su historia no tardó en hacerse viral y llegar a oídos del presidente, así que en un evento público Stephen recibió de parte del Gobierno, el mayor reconocimiento que puede tener un ciudadano en su país.
Stephen es el ciudadano más joven dentro de los 68 que han recibido la orden nacional al mérito de Kenya, conocida como «Uzalendo Award»
Esperamos que este sea sólo el inicio y que el Gobierno siga apoyando a este pequeño que se ha convertido en un símbolo de esperanza en la humanidad. ¡Comparte esta noticia!